domingo, 10 de abril de 2016

La expansión del Reino de León (1157-1212)

EXTREMADURA Y TRANSIERRA Y EL AVANCE DEL ROMÁNICO
José I. Martín Benito


La villa de Granadilla (Cáceres). www.historiayarqueología.com
La expansión leonesa hacia la Extremadura y la Transierra[1] tuvo que hacer frente por un lado a los vecinos del sur: los musulmanes y, por otro, a la presión que le venía por sus fronteras occidental y oriental de manos de portugueses y castellanos. Por levante, la calzada de la Guinea, ocupada por Castilla, limitaba el avance leonés en la Transierra, mientras que por el oeste la amenaza la representaba Portugal, con intereses tanto en Riba Côa como en la vega del Guadiana hacia Badajoz.

Muralla de Villalpando reforzada con la iglesia de Santa María.
Mientras tanto el Reino leonés se fortificaba con murallas y castillos, esas otras obras civiles de los tiempos románicos. Lo hacía para guardarse de Castilla y de Portugal. En esa época se levantaban las murallas del siglo XII-XIII de Mansilla de las Mulas, Ciudad Rodrigo, Castroverde, Villalpando, Castronuevo, Belver de los Montes, Castrotorafe o el castillo de San Pedro de Latarce, entre otras.

En el interior de las pujantes villas amuralladas se construían iglesias románicas, algunas de las cuales reforzaban con sus torres la cerca, como se puede ver aún con la iglesia de Santa María de Azogue o San Miguel en Villapando, o como se había hecho también en la misma colegiata románica de San Isidoro de León. El románico avanzaba hacia el Sur con la expansión del Reino leonés. En Ciudad Rodrigo, principal plaza meridional leonesa, comenzaba a edificarse la catedral (románico de transición) y las iglesias de San Andrés  y de San Pedro, entre otras.
Iglesia románica de San Andrés (Ciudad Rodrigo).

Con los almohades, el Tajo marcó la línea fronteriza, más o menos estable, hasta poco después de Las Navas de Tolosa[2]. Las pretensiones leonesas de llevar la frontera más al sur, se encontraron con la respuesta almohade de 1174. Por otra parte, las expediciones de Al Mansur y la derrota castellana en Alarcos, orientaron a Alfonso IX de León a buscar alianzas y treguas con los musulmanes en sus conflictos con Castilla.

La política de Fernando II con relación a los territorios fronterizos fue consolidar el sur de la Extremadura leonesa, creando un concejo fuerte cara a Portugal, Ciudad Rodrigo, situado en la retaguardia de las vías que iban hacia la Transierra y, en concreto, hacia Coria. Será precisamente desde Ciudad Rodrigo desde donde Fernando II, primero, y Alfonso IX, después, llevarán a cabo una intensa política de colonización en el norte de Riba Côa a través de instituciones eclesiásticas como los monasterios de Aguiar, San Julián del Pereiro y la iglesia civitatense. El sistema defensivo se cimienta aquí en una línea de castillos que, con dirección norte-sur jalonan la frontera con Portugal, desde el Abadengo hasta el alto Côa. Una vez consolidada la presencia leonesa, el territorio estará dispuesto para la creación de concejos, lo que tiene lugar a partir de mediados del reinado de Alfonso IX.

Fernando II de León. Tumbo A de la Catedral de Santiago.

En la Transierra, la defensa y colonización se confía principalmente a la iglesia compostelana y a las órdenes militares, especialmente a la de Santiago y a la de San Julián del Pereiro (Alcántara a partir de 1218), aunque también estén presentes las órdenes de San Juan y  del Temple. La estructura defensiva descansa en una serie de castillos que guardan los pasos serranos en el norte y de otra línea más al sur en torno a Coria. La creación de las villas de realengo se producirá en fechas tardías, posteriores a Las Navas –con excepción de Granadilla.




(Continuará: Las fronteras meridionales del Reino de León)


[1] Empleamos los términos Extremadura y Transierra desde el punto de vista historiográfico. Así Extremadura será el espacio comprendido entre el Duero y el Sistema Central y la Transierra los espacios situados al sur de éste. Sobre este concepto véase E. RODRÍGUEZ-PICAVEZ MATILLA, “Aproximación a la geografía de la frontera meridional del reino de Castilla”. Cuadernos de Historia Medieval, Secc. Miscelánea, 2, 1999, pág. 32.
[2] A pesar del dominio temporal de Alcántara y luego Cáceres, así como de las campañas de Fernando II en Badajoz y su entorno, el avance almohade de 1172 fijó la frontera leonesa al norte del Tajo. Sólo después de 1212 la frontera avanza con la conquista definitiva Alcántara de 1213, con lo que se abrían a la expansión leonesa las tierras situadas entre el Tajo y el Guadiana.

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3 comentarios:

Tanxilde dijo...

Me pregunto si fue en esa época cuando se fundaron o repoblaron "los tres pueblos da Fala", al norte de Caceres. Donde aun hoy en día se sigue hablando un dialecto parecido al portexo, (hablado en Porto de Sanabria y de origen Astur-leones-gallego).en vez del extremeño

bbrodard dijo...

Hola, en Galicia se reivindican "os pobos da fala", siempre creí que era cuestión de los que "falaban galego", ahora comprendo que tal vez se refiere a un concepto más amplio (?)

Anónimo dijo...

¿Se sabe algo de la repoblación del sur de C. Rodrigo y antes de la Sierra de Gata? ¿Hubo o no hubo repoblación? Porque siempre se cree que fue un "Desierto" pero se han encontrado tumbas del S.VIII-IX en la zona de Argañán (me parece). Casi siempre se habla de las repoblaciones en el norte de Cáceres (a las órdenes militares) pero no de esos pueblos que están al otro lado de la sierra y que nunca tuvieron población musulmana (creo que llegaba hasta Coria el lugar más septentrional por el Oeste).

Bajo mi punto de vista hubo continuidad poblacional, es decir, que no hubo Desierto del Duero, y que los reyes leoneses lo que hicieron fue apuntalar esa zona con nuevos pobladores para que hubiera más población en esa zona (de la que ya había), de ahí la existencia de pueblos como San Felices de los GALLEGOS y otros. Pero creo que en esa zona siempre hubo población autóctona.