jueves, 5 de julio de 2018

La ribera de Cañedo (Salamanca)

UN TERRITORIO DISPUTADO ENTRE ZAMORA Y SALAMANCA EN LA EDAD MEDIA

José Ignacio Martín Benito 


Introducción

Puente Mocho, sobre la ribera de Cañedo.
La ribera de Cañedo es uno de los alfuentes del río Tormes por su margen derecha. A lo largo de su valle se sitúan una serie de poblaciones que presentan una rica arquitectura patrimonial, varias de las cuales se remontan a la Baja Edad Media, concretamente a la época de las repoblaciones de los siglos XII y XIII.

El arroyo de Cañedo se forma a la altura del término municipal de Topas con las aguas procedentes de los arroyos de Izcala y de San Cristóbal. Desde aquí corre buscando el Tormes aguas abajo de Ledesma, recogiendo en la margen izquierda afluentes como el arroyo de la Vega, que desciende desde Naharros, Valdunciel, Calzada y Forfoleda para unirse a la corriente principal en la confluencia de este último término con el de Torresmenudas. Otros arroyos se le juntan por la margen derecha, entre ellos los de Vallelargo, el Monte, de Zamayón y la Regalina.

Disputas entre Zamora y Salamanca

Rey y obispos.
Prescindiendo de las ocupaciones prehistóricas y romana, de las que existen importantes yacimientos, el territorio fue disputado en la plena Edad Media por las diócesis de Zamora y Salamanca. En 1136 Alfonso VII donaba a la iglesia salmanticense y a su obispo entre otras villas las de San Cristóbal, Topas, San Pelayo de Cañedo, los dos Zamayones, El Arco y la mitad de Aldearrodrigo. Pero las disputas entre las dos sedes continuaron hasta 1185, año en que los obispos Vidal de Salamanca y Guillermo de Zamora firmaron una concordia con el consentimiento de sus respectivos cabildos. Por esta, el prelado zamorense entregaba al de Salamanca, entre otras, las iglesias de Torresmenudas, Aldearrodrigo y Aldea del Arco, mientras que el salmanticense renunciaba a las iglesias de Santiz, Aldeaneuva, Espino, Zamayón, Valdelosa y Zorita. Por su parte, otra villa de la ribera de Cañedo, Palacios, era entregada en 1140 por Alfonso VII a la iglesia de Santiago. De ahí que a este lugar se le conozca como Palacios del Arzobispo.

Iglesia de Forfoleda.
Con el tiempo y con la separación de las mesas capitular y episcopal, Topas y San Pelayo quedaron como señorío del obispo de Salamanca. Por su parte, la orden militar de San Juan de Jerusalén formó aquí una encomienda con las villas de Santiz, Zamayón y Valdelosa, que debieron pasar a los sanjuanistas entre 1185 y 1209, año este último en el que el rey Alfonso IX confirmaba a la Orden del Hospital la propiedad de las iglesias de Zamayón, Zamocino y Valdelosa. De nuevo lo hará en 1221, reservándose algunos derechos reales. Dos años después, los sanjuanistas entregaron estas propiedades y el resto de la Bailía de Ledesma en usufructo a Dª Guntroda, a cambio de lo que esta poseía en la aldea de El Cornocal, Ciudad Rodrigo, Valdespino y Torre de Adriano.

De esta época (siglos XII y XIII) se conserva parte de la primitiva fábrica románica en los templos de Santiz, Zamayón, Palacios del Arzobispo, Forfoleda, Torresmenudas, Aldearrodrigo, San Pelayo... Las iglesias fueron modificándose con el transcurso del tiempo, especialmente durante los siglos XVI y XVIII.
Capitel románico (Forfoleda, Salamanca).
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