lunes, 8 de febrero de 2016

Edificios de más de mil años

La arquitectura mozárabe

José I. Martín Benito

El territorio de la comunidad de Castilla y León cuenta con un nutrido número de construcciones religiosas que se incluyen en el llamado “arte mozárabe”. Este término fue propuesto por el historiador granadino Manuel Gómez Moreno en 1919, en su libro "Iglesias Mozárabes". Con esta denominación nos referimos al arte de la España cristiana entre finales del siglo IX a comienzos del XI, es decir, desde los últimos tiempos de la monarquía asturiana hasta la llegada del románico.
San Cebrián de Mazote (Valladolid).

Se caracteriza el arte mozárabe por la introducción de formas constructivas y decorativas musulmanas en el arte cristiano; según la historiografía tradicional, dichas formas vendrían de la mano de repobladores cristianos que, procedentes de Al-Andalus, se instalaron al norte del Duero tras la represión califal. Esta delimitación del arte mozárabe, aunque discutida y matizada por muchos investigadores, no impide que el término siga siendo hoy el más claro para referirse a un buen número de edificios religiosos.

Se trata, en todo caso, de una "arquitectura de repoblación" o "arquitectura fronteriza", con influencias del arte hispano-musulmán del sur peninsular, conjugada con la tradición de la arquitectura hispano-visigoda y asturiana. Así, las manifestaciones más singulares y espectaculares de esta arquitectura son de tipo islámico califal, como los ajimeces de arcos de herradura cerrados y de intradós y extradós no concéntricos, con resalte de alfiz, o los modillones de lóbulos que soportan los aleros. Estas características hacen de la arquitectura mozárabe un arte singular, propiamente hispánico.

La arquitectura mozárabe se extiende, principalmente, por la Meseta del Duero, pero también por El Bierzo, Asturias, Cantabria, Galicia, La Rioja y Aragón; pero también quedan muestras en Toledo o la propia Andalucía.
San Miguel de Escalada (León).
Se trata, en todo caso, de una "arquitectura de repoblación" o "arquitectura fronteriza", con influencias del arte hispano-musulmán del sur peninsular, conjugada con la tradición de la arquitectura hispano-visigoda y asturiana. Así, las manifestaciones más singulares y espectaculares de esta arquitectura son de tipo islámico califal, como los ajimeces de arcos de herradura cerrados y de intradós y extradós no concéntricos, con resalte de alfiz, o los modillones de lóbulos que soportan los aleros. Estas características hacen de la arquitectura mozárabe un arte singular, propiamente hispánico.

En Castilla y León destacan las iglesias de San Miguel de Escalada, Santiago de Peñalba y Santo Tomás de las Ollas en la provincia de León; San Cebrián de Mazote y Santa María de Wamba, en la de Valladolid; San Baudelio de Berlanga, en Soria y San Salvador de Tábara, en Zamora. A estas hay que añadir, Santa María de Lebeña (Cantabria), San Miguel de Celanova (Orense), Santa María de Melque (Toledo), San Millán de Suso (La Rioja) y las iglesias de San Juan de la Peña y San Juan de Busa (Huesca). La iglesia rupestre de Bobastro, en Málaga, es el exponente más meridional de una arquitectura única, que combinó elemetnos arquitectónicos islámicos con los espacios del culto cristiano.


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