viernes, 12 de febrero de 2016

Por los puentes de Zamora (2)

El puente de piedra (II)

Puente de Zamora en 1854. Fotografía de Clifford.
Tanto las torres como su pretil estuvieron almenadas. Sobre una de las torres se hallaba la figura de la Gobierna, veleta de hierro forjado, que enviaba el reflejo del sol al otro lado del Duero y que actualmente se encuentra depositada en el Museo Provincial. Rodrigo Méndez Silva, en su Población General de España (1675) dice de Zamora: “Tiene hermosa puente con dos torres, 300 almenas, diez y siete ojos”.
M. Gómez Moreno en su Catálogo Monumental de España. Provincia de Zamora (Madrid 1927), recoge que “en su forma actual, acaso no traspasará el siglo XIII; pero después sufrió ruinas y parciales reconstrucciones, trabajando especialmente en ello Pedro de Ibarra; sucedióle, al morir, en 1568, Martín Navarro hasta 1574”. En 1591, los maestros de cantería Juan de la Puente y García de la Vega trazaron y dieron condiciones para reparar el puente mayor, obra que realizaron los hermanos Nates Naveda (M. C. González Echegaray et alii: Artistas cántabros de la Edad Moderna, 1991, p. 540).

En efecto, las continuas avenidas del Duero, menoscaban con frecuencia la fábrica de la puente, por lo que era preciso un constante mantenimiento o labores de reparación. El Archivo Municipal de la ciudad guarda abundante documentación sobre obras y repartimientos en él efectuados (M. C. Pescador del Hoyo: Archivo Municipal de Zamora. Documentos Históricos, Zamora 1948).

Todo el siglo XVII está jalonado de reparaciones. En 1613 se proyectaban obras en los primeros arcos y en la torre de la entrada y en 1615 se practicaban diligencias para expropiar y derruir tres casas situadas en las inmediaciones del puente para facilitar la construcción de este. Esas obras estaban acabadas en 1616, pues en julio se practicaban diligencias para la recepción de las obras y un año más tarde se pretendía poner el escudo de armas en la puerta del puente. En abril de 1619 se concluían las obras de la primera de las torres. Años más tarde, en 1623 se reformaba el proyecto hecho por el contratista de la obra del Puente Mayor, de los arcos y torre de la entrada.
Las obras fueron continuas a lo largo de la centuria; en 1626 el corregidor de Zamora practicaba diligencia sobre los reparos que necesitaba el Puente Mayor. Las reparaciones continuaron en 1628 y su coste se repartió entre los pueblos comprendidos en 15 leguas a la redonda, que contribuyeron en una cuarta parte. En 1649 se reparó el chapitel de la torre del puente. Los vecinos de la ciudad participaron en varios repartimientos con motivo de las constantes obras de reparación que se llevaron a cabo entre 1650 y 1669. Un nuevo repartimiento entre vecinos de Zamora y los pueblos situados en veinte leguas a la redonda tuvo lugar en 1681,1683 y 1698.

[Continuará]



No hay comentarios: