Numao (Portugal). Foto Ricardo Fernández. |
Freixo de Espadaa Cinta (Portugal). |
La situación comenzó a cambiar a partir de 1157, con el resurgimiento del reino de León. Limitado al este por la ocupación castellana de la calzada de la Guinea en torno al puerto de Béjar, Fernando II buscó la afirmación de su reino hacia el oeste y hacia el sur. Con ello, la región comprendida entre el Águeda y el Côa despertará la atención de una política colonizadora en este territorio. Y esa atención comenzará, sobre todo, después de la repoblación de Ciudad Rodrigo, si hemos de hacer caso a la documentación. Repoblar el espacio fronterizo significaba, de hecho, un intento claro de controlar el territorio[3]. Por entonces, el monarca leonés debía controlar buena parte de Riba Côa. Ejemplo de ello es que el obispo de Ciudad Rodrigo a partir de 1168 llevará el título de la extinta diócesis visigótica de Caliabria, situada a orillas del Duero, entre el Águeda y el Côa[4].
En un
principio los centros colonizadores van a ser las instituciones eclesiásticas,
concretamente los monasterios de Santa María de Aguiar y San Julián del
Pereiro. La pugna por el control del territorio puede rastrearse, en un
principio, en torno al monasterio de Aguiar, en las cercanías de Castelo
Rodrigo. Cuando en enero de 1171 Fernando II hizo merced al obispo de Ciudad
Rodrigo de la Torre de Aguiar y de la antigua ciudad de Caliabria, situada
entre el Côa y el Águeda[5], el
monasterio debió sentir amenazado su dominio y pidió al rey de Portugal el
reconocimiento de sus límites; el monarca expidió la carta de coto desde
Coimbra en febrero de 1174[6]. En
este documento se alude a otra otorgada en años anteriores, cuando el rey
portugués habría donado las tierras para la fundación del monasterio. Ello
reflejaría un antiguo dominio portugués sobre la zona, pero que en estos
momentos, y sobre todo después de la estrepitosa derrota de Afonso Henriques en
Badajoz en 1169, no sería muy efectivo.
Poco a poco,
el monasterio comenzó a entrar bajo la influencia leonesa. En agosto de 1174
Fernando II, junto con su mujer e hijo, daba a los frailes, previo el
consentimiento del concejo de Ciudad Rodrigo, las heredades de Torre de Aguiar
y Riochico[7] y en
mayo de 1176, el monarca leonés les concedía diez yugadas en torno a la fuente
de Vernenosa y unas pesquerías en la foz de Aguiar[8].
El otro centro colonizador será el monasterio de San Julián del Pereiro, sito en las cercanías de la actual Cinco Vilas y que, con el tiempo, daría lugar a la orden de Alcántara[9]. Dejando a un lado la polémica sobre su origen[10], el Pereiro, antes de que se decantara por su vocación castrense, fue un cenobio bajo la regla de San Benito que, al igual que Aguiar, comenzó recibiendo donaciones regias. En 1172 Fernando II les entregó el Portum Perodiçola y dos años más tarde la heredad de Almendraseca.
Alejandro III recibe un embajador. Spinello Aretino (Siena). |
Las
donaciones reales ponían de manifiesto un efectivo control político de la Riba
Côa por parte de Fernando II de León, que se valía de los centros monásticos
para llevar a cabo su política de organización del espacio. Hacia 1183 la orden
había ido evolucionando a milicia religiosa, según se desprende de la propia bula
de Lucio III: “Cum locus vester in sarracenorum faucibus constitutus... et
libentius defensioni Christianitatis...”. Constituidos ya como
milicia, Fernando II les hará entrega en enero de 1185 de la pesquería de Burgus
Vetus, en el término de Santa María de Morgadais[15].
San Joâo de Tarouca (Portugal). |
Si importante
era pues la participación de los monasterios en la ocupación de la Riba Côa, no
menos relevante será la del propio obispo civitatense, el cual va a actuar aquí
como auténtico agente político en el control del territorio fronterizo con
Portugal. Se confirma con ello, realmente, las intenciones que animaron a la
fundación de la diócesis de Ciudad Rodrigo en los primeros años del reinado de
Fernando II. Alfonso IX confiará la defensa de la frontera al obispo Martín. En
1191, estante en Ciudad Rodrigo, le confirma los términos que su padre había
asignado al obispado, entre ellos la heredad de la Torre de Aguiar, la ciudad
de Caliabria y Vermeiosa, todas ellas en la Riba Côa[20].
Alfonoso IX de León (Tumbo A, Compostela). |
Por entonces,
el monarca dio otro paso importante, tal vez decisivo para asegurarse el
control y, con ello, la presencia leonesa en el territorio para proceder a
colonizaciones posteriores. Posiblemente el mismo día que confirmaba los
términos del obispado, hizo entrega de numerosas posesiones y castillos a la
iglesia de Santa María de Ciudad Rodrigo y a su obispo Martín. Tres de estos
castillos estaban en territorio ribacudano: el de Almeida “cum terminis suis
videlicet per Colam et permatam de comite et per estratam publicam quem vadit
ad Troncosum, et quomodo dividit cum Pirario·; el de Alfayates “cum
terminis per duae lenguae in circuito”; el de Abaroncinos “similiter cum
terminis per tree leguae in cirquito”. En los Arribes, también frontera con
Portugal, en concreto con el concejo de Freixo, el monarca confiaba al obispo
el castillo que el propio prelado había hecho en la foz del Águeda “cum
terminis suis videlicet per turrem veterem, quae est inter ipsum castellum et Finolosia, et
deinde usque ad Amidalam (Almendra), quam tenent
fratree de Pirario et deynde per inter montem de Escayllon et monesterium de
Aquilari quidquid intra istos terminos est tam ipsam vegam de Aquilari, quam
Vermenosam... ”[21].
En el entorno de estos castillos, la acción colonizadora se centraba en las
aldeas episcopales de Santa María de Liminares (Lumbrales), Mermelar (Bermellar)
y Finoloisam (Hinojosa)[22].
Hinojosa de Duero. |
.
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[1] R.
Pinto de AZEVEDO, “Riba Côa sob domínio de Portugal no reinado de D. Afonso
Henriques. O mosteiro de Santa Maria de Aguiar, de fundaçâo portuguesa e nâo
leonesa”. Anais da Academia Portuguesa da Historia, II serie, vol. 12. Lisboa 1962, pp. 25-260. Sobre
los límites de Numâo, véase J. I. de la TORRE RODRÍGUEZ, “Los límites
concejiles de la comarca del Côa y su importancia en el Tratado de Alcañices”.
El Tratado de Alcañices. Ponencias y comunicaciones de las Jornadas
conmemorativas del VII Centenario del Tratado de Alcañices (1297-1997).
Zamora 1999, pp. 207-208.
[2] A.
BARRIOS GARCÍA: “El proceso de ocupación y de ordenación del espacio en la Raya
leonesa”. O Tratado de Alcanices e a importancia histórica das terras de
Riba Côa. Lisboa, 1998, pp. 163. Sobre los límites del concejo de Freixo, J. I. de la TORRE RODRÍGUEZ,
“Los límites concejiles de la comarca del Côa y su importancia en el Tratado de
Alcañices”. El Tratado de Alcañices. Ponencias y comunicaciones de
las Jornadas conmemorativas del VII Centenario del Tratado de Alcañices
(1297-1997). Zamora 1999, pp. 209-210.
[3] A.
BARRIOS GARCÍA, Op. cit., pág. 166.
[4] El primer
obispo civitatense llevó el título de Caliabria. La primera noticia la hallamos
en un diploma otorgado en Santiago el 10 de julio de 1168 por el cual el rey
Fernando II dona a la Iglesia compostelana la villa de Cuntis y cinco iglesias
más a cambio de la ciudad de Coria. Firma aquí como "Dominicus electus
civitatis roderici". LÓPEZ FERREIRO (1901): Historia de la Santa A.
M. Iglesia de Santiago de Compostela. Santiago. Tomo IV. Apéndice XXXIX.
Entre ese fecha y finales de octubre de ese año debió ser consagrado por el
metropolitano de Santiago, pues en la confirmación del anterior documento el 31
de octubre, con la corte ahora en León, suscribe, junto a los obispos de León,
Astorga, Oviedo, Zamora, Salamanca, Lugo y Orense, Dominicus calabrienses. LÓPEZ FERREIRO, Ibídem. y J. GONZÁLEZ (1943):
Regesta de Fernando II, pág. 403. La última noticia que tenemos de este
prelado es de 9 de julio de 1973, fecha de un diploma por el cual Fernando II
hace donación de Castrotorafe a la iglesia de Roma. F. FITA (1913): "Don
Domingo, obispo de Caliabria en 1172." BRAH, LXII, pág.
270-275.
[5] A. SÁNCHEZ CABAÑAS, Historia
civitatense, pág. 174.
[6] R. Pinto AZEVEDO: “Riba Côa sob o dominio de
Portugal no reinado de D. Afonso Henriques. O mosteiro de Santa Maria de Aguiar
de fundaçâo portuguesa e nâo leonesa”. Anais da Academia Portuguesa da
Historia, II serie, vol. 12. Lisboa 1962, pp. 233-236. Propone la fecha de
1172, en relación con los personajes que lo suscriben. Documentos Medievais
Portugueses. Documentos Régios, I, Lisboa, 1958, nº 320.
[7] J.
GONZÁLEZ, Regesta de Fernando II, pág. 437. F. FITA (“El papa Alejandro
III y la diócesis de Ciudad Rodrigo”, 1913, BRAH, pp. 151-152) recoge la cita y
corrige la fecha errónea de 1165 que dieron otros autores.
[8] Cita el documento J. J.
SÁNCHEZ-ORO ROSA, Orígenes de la Iglesia en la diócesis de Ciudad Rodrigo,
1997, pág. 125.
[9]Alcántara fue entregada por
Alfonso IX al maestre y freires de Calatrava el 28 de mayo de 1217. Un año
después, el 16 de julio, se estableció un acuerdo entre los frailes de
Calatrava con los del Pereiro, por el que los primeros cedieron a estos la
villa de Alcántara. El acuerdo, firmado en Ciudad Rodrigo, fue confirmado ese
mismo día por el rey Alfonso IX. Véanse J. L. MARTÍN MARTÍN, Documentación
medieval de la iglesia catedral de Coria, Salamanca 1989, docs. 7 y 8; J.
GONZÁLEZ, Alfonso IX, Vol II. Doc. 365 y B. PALACIOS MARTÍN et alii,
Colección diplomática medieval de la Orden de Alcántara, docs. 58 y 63.
A partir de ese momento la orden será utilizada por Alfonso IX en su política
expansionista. En 1219, puesto ya el convento en Alcántara, el monarca le hizo
entrega de todas las villas y castillos que fueran capaces de conquistar a los
musulmanes en Extremadura, reservándose la corona el “supremo señorío”. F.
RADES, Chrónica de la Orden y Caballería de Alcántara. Toledo 1572,
edición facsímil Librerías París-Valencia, fol. 8 r.
[10]
Sobre los orígenes del Pereiro véase, entre otros, F. RADES, Chrónica de la
Orden y Caballería de Alcántara, en especial fols. 1-5. También, Fr. A.
BRANDÂO, Crónica de D. Afonso Henriques, Porto 1945, pp. 160-163 y, más
recientemente, J. J. SÁNCHEZ-ORO ROSA, Op. cit, pp. 137-158 y J. L.
MARTÍN, “San Julián del Pereiro, entre Calatrava y Alcántara”. O Tratado de
Alcanices e a importancia histórica das terras de Riba Côa. Lisboa, 1998,
pp. 186-195.
[11] B. PALACIOS MARTÍN et
alii, Colección diplomática medieval de la Orden de Alcántara, doc.
12 y J. González, Regesta de Fernando II, pág. 444-445.
[12] B. PALACIOS MARTÍN et
alii, Colección diplomática..., doc. 13.
[13] J.
GONZÁLEZ, Regesta de Fernando II, pág. 464, fecha el documento en 1176,
apoyándose en los confirmantes, opinión que comparten B. PALACIOS MARTÍN et
alii, Colección diplomática... doc. 14. Por su parte A. SÁNCHEZ CABAÑAS
lo dió como de 1176 en su Historia civitatense, pp. 179-180,
[14] B. PALACIOS MARTÍN et
alii, Colección diplomátia..., doc. 16 y F. RADES, Crónica de la
orden de Alcántara, fol. 2 v.
[15] B. Palacios Martín et alii,
Colección diplomática..., doc. 18.
[16]Fr. A. BRANDÂO, Crónica
de D. Afonso Henriques, Porto, 1945,
pág. 237-238. Lo cita también R. Pinto de AZEVEDO: “Riba Coa sob o dominio de
Portugal no reinado de D.Afonso Henriques. O mosteiro de Santa Maria de Aguiar
de fundaçâo portuguesa e nâo leonesa”. Anais da Academia Portuguesa da
Historia, II serie, vol. 12. Lisboa 1962, pp. 285-286
[17] R. Pinto de AZEVEDO, Op.
cit., pp. 286
[18] M.
FERNÁNDEZ DE PRADA, El Real monasterio de San Martín de Castañeda,
Madrid 1998, pp. 165-167. Hacia 1167 el dominio de Mahíde correspondía a León,
pues Fernando II la entrega al monasterio aludiendo a la donación anterior: “dederat
vobis dominus A. rex Portugallensis”. J. GONZÁLEZ, Regesta..., pág.
393, citando a HERCULANO, Historia de Portugal, I, pág. 533. El
monasterio de San Martín recibió varias posesiones de particulares en
territorio portugués, Ibidem, pp. 306, 360. Sobre las posesiones en
Portugal véase el artículo de B. AFONSO “Propiedades rústicas dos mosteiros de Santa
Maria de Moreruela e S. Mantihno de Castanheira em terras de Bragança”. Actas
I Congreso internacional sobre el Cister en Galicia y Portugal. Vol. I.
Orense 1998, pp. 127-134. Otra donación portuguesa al monasterio de Moreruela
se produjo en 1172, por la que el monarca luso le entregaba el realengo de
Palazuelo “qui habemus in Terra de Miranda”. I. ALFONSO ANTÓN, La
colonización cisterciense... doc. 17. sesiones de particulares en territorio
portugués, Ibidem, pp. 306, 360. Sobre las posesiones en Portugal véase
el artículo de B. AFONSO “Propiedades rústicas dos mosteiros de Santa Maria de
Moreruela e S. Mantihno de Castanheira em terras de Bragança”. Actas I
Congreso internacional sobre el Cister en Galicia y Portugal. Vol. I. Orense
1998, pp. 127-134. El dominio de Afonso Henriques sobre la Tierra de Aliste se
constata en varias donaciones regias. Así, en 1135 dona las Figueruelas “in
terra de Alisti, territorio Bracarense” a Rodrigo Menéndez; en 1172 el
realengo de Palazuelo “qui habemus in Terra de Miranda”. I. ALFONSO ANTÓN,
La colonización cisterciense en la meseta del Duero. El dominio de Moreruela
(siglos XII-XIV). Salamanca 1986, Apéndice documental, núms. 3 y 17.
[19] I.
ALFONSO ANTÓN, La colonización cisterciense en la meseta del Duero. El
dominio de Moreruela (siglos XII-XIV). Salamanca 1986, doc. 60.
[20] A.
SÁNCHEZ CABAÑAS, Historia civitatense, pág. 187 y J. GONZÁLEZ, Alfonso
IX, II, doc. 47.
[21] J.
J. SÁNCHEZ-ORO ROSA, Orígenes de la iglesia en la diócesis de Ciudad Rodrigo...
Doc. 2. y pp. 92-97.
[22] Feneiosa
y Sanctam Mariam de Liminares, aparecen ya citadas en la bula de Alejandro
III de erección del obispado. Ver nota 48. En la donación de junio de 1191 se
agregan Monsagro y Bermellar. Todas estas villas, junto con las de Sepúlveda,
citada en la bula pontificia, y Fregeneda, San Leonardo y La Redonda, formarían
con el tiempo el señorío episcopal de Ciudad Rodrigo. En cuanto al castillo de
Hinojosa, este se convertiría en el símbolo de dicho señorío en el Abadengo. En
la Baja Edad Media el prelado civitatense tenía allí alcaide propio, a la vez
que el recinto funcionaba como cárcel episcopal. Velaban la fortaleza, por
ronda, los vecinos de las citadas villas y daba cada vecino al alcaide una
carga de leña y ciertos corchos de pan. La fortaleza fue objeto de conflictos
entre los vasallos y el obispo. En 1441 tuvo lugar una revuelta contra el
prelado en el Abadengo, en el transcurso de la cual el castillo fue asaltado y
prendido el alcaide por hombres de Ferrand Nieto. Véase J. I. MARTÍN BENITO, El
alcázar de Ciudad Rodrigo. Poder y control militar en la frontera de Portugal
(siglos XII-XVI), Salamanca 1994, pág. 27 y nota 29.
[23] L. F. LINDLEY CINTRA, A
linguagem dos foros e Castelo Rodrigo, Lisboa 1959, LIII.
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