martes, 3 de enero de 2017

Moriscos en Zamora (2)

CONDICIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL DE LOS MORISCOS ZAMORANOS


Hilandera morisca.
José I. Martín Benito

No parece que entre los moriscos llegados a Zamora en 1570-1571 los hubiera que gozaran de una posición social desahogada. Las referencias primeras, aunque parcas, nos ilustran sobre las carencias económicas. Así, en Toro, el corregidor hubo de socorrerlos en ocasiones, dándoles ropa o acomodándolos en casas[1] y decidió poner a buena parte de ellos al servicio de algún notable o eclesiástico de la ciudad “porque no anden de puerta en puerta pidiendo limosna”[2]. En Salamanca, el corregidor los acomodó de cuatro en cuatro o de seis en seis para que, de esta manera, pudieran hacer frente al gasto de las casas[3]. Las relaciones que enviaron los prelados en 1582 y 1589 aluden también a la pobreza de estas gentes. En carta de 8 de marzo de 1582 el obispo de Zamora informa al rey que “los moriscos que se repartieron en este obispado se an ido mucho y que los que quedan son casi todos pobres”[4]. También, en la relación que se envía en 1589, son frecuentes en la ciudad de Zamora las alusiones a su condición económica: “gente pobre”, “gente necesitada”. Algunos, no obstante los menos, debieron gozar de cierta posición acomodada, como Gaspar de Córdoba y su mujer, que tenían criada tanto en 1582 como en 1589 y vivían en la parroquia de Santiago en Toro[5] y el matrimonio de hortelanos Diego Hernández e Isabel Martín, que también tenían criado[6].

Moriscos.

Las autoridades cristianas relacionaban además este grado de pobreza con su disposición para el trabajo, al menos en los primeros tiempos de su llegada. El mismo corregidor de Toro se quejaba de que “son tan pobres y tan ynutiles para trabajar que si no los hiziese socorrer algunos dias con dineros perezerian de hanbre, porque no saben oficios si no es hazer zestilla de juncos y esparto que no lo ay en esta tierra y para trabajar en las viñas y heredades no los quiere nadie llebar porque dizen que son gente muy floja y de poco trabajo...”[7]. En similares términos se lamentaba el corregidor de Ávila en marzo de 1571: “son de tan poco o ningún trabajo que tienen fatigada la jente en hazerles trabajar y mantener”[8] La verdad es que la adaptación al mundo del trabajo cristiano fue mediocre –al menos en los primeros momentos-, tal y como ya advirtió Vincent[9]. No es de extrañar, pues, el impacto cultural de la sociedad cristiana para los recién llegados -más ligados a los trabajos artesanales o a la horticultura[10]- al demandárseles para oficios por ellos desconocidos como el trabajo de las viñas.

Estructura ocupacional
Las relaciones de moriscos, tanto las que enviaron los corregidores de Toro y Zamora en marzo de 1571, como las que remitió la mitra en 1582 y 1589 son una importante fuente para conocer la actividad laboral desempeñada por la minoría morisca durante su estancia en el obispado zamorense.

Dentro del sector primario tenemos un buen número de moriscos dedicados a la agricultura, a los que se califica de hortelanos. Estaban situados principalmente en Toro, en torno a la parroquia de Santiago, donde se recogían el mayor número de moriscos de la ciudad, tal y como se recoge en el padrón de 1589:

“el cura de esta parroquia declara que los mas destos moriscos son hortelanos...”.

En la ciudad de Zamora, los hortelanos son los menos; tan sólo se nombran como tales dos en la relación de 1571, junto con otros dos a los que se califica de labradores; en 1582 se cita también un pescador. Sin embargo, en esta ciudad, es el sector secundario el más representado, al igual que ocurre en ciudades como Ávila[11]. En 1571 se citan cuatro zapateros, un tejero, un ollero y un herrero, mientras que en la relación de 1582 hay un zapatero, dos carpinteros, tres herreros, cuatro estereros, dos aguadores, un hornero, un tapiador, dos adoberos...

Una parte de la población morisca estaba ocupada en la manufactura textil. En el censo de 1571 hay un tejedor, Andrés Aguilar, ausente en 1582. En este último censo se recogen en Zamora tres costureras y, al menos, dos personas relacionadas con el trabajo de la seda: Leonor Gómez, mujer de Alonso Gómez, de la que se dice “tuerce seda” y la hilandera Guiomar de Rojas, esposa del hornero Lorenzo Fernández. También en Fuentesauco es hilandera María, esposa del esterero Bernardino del Castillo[12]. Dentro de la actividad de los textiles hemos de señalar también a sastres y tintoreros. Así, en 1589 vive en la parroquia de San Andrés de Zamora, el sastre Luis de Baeza y en 1582 en Toro el tintorero Alonso Alguacil, parroquiano de San Cebrián, posiblemente el mismo al que en 1589 se le denomina Alonso de Molina. 

Zamora (detalle) del dibujo de Anton van den Wyngaerde (1570).
En actividades relacionadas con la construcción podemos agrupar a carpinteros, fabricantes de adobes, tapiadores...[13]. Lugar singular ocupa el trenzado de juncos, esparto o mimbre, oficio al que se dedicaban al menos cuatro familias en Zamora –tres de ellas adscritas a Santo Tomé, una en Fuentesauco y otra en Aldeanueva, según noticias de 1582. Recordemos como era ésta una de las actividades tradicionales moriscas; cuando en 1571 se informaba sobre la escasa adaptación al trabajo de los recién llegados a Toro, el corregidor se lamentaba de que “no saben si no es hazer zestillas de juncos y esparto”. En cuanto a las actividades mercantiles tenemos constancia de una familia de buhoneros en Toro en 1589[14].

Varios de los moriscos llegados en 1570 y 1571 encontraron ocupación en el servicio doméstico, especialmente los jóvenes y las viudas. A ello debieron contribuir las autoridades. Se pretendía con ello que no estuvieran ociosos o viviendo de limosnas, tal como informaba a su majestad Juan Briceño Osorio, corregidor de Toro:

“... y algunos de los moriscos que son mozos y mozas y bihudas e puesto con amos para que sirban por que no anden de puerta en puerta pidiendo limosna...”[15]

Algunos de los que llegaron en 1572 procedentes de Écija fueron también llevados por amos en el momento de la entrega. Fue el caso de Juan, el hijo mayor de un matrimonio con seis hijos, el cual se lo llevó Víctor de Villanueva, vecino de La Bóveda en el partido de Toro; otro vecino de esta ciudad tomó a su cargo a María Contavera, sobrina del matrimonio Lope de Beja y de María, su mujer[16]. El estamento eclesiástico recibió como domésticos a varios moriscos. En Zamora, Lorenzo Sicar y sus hijos estaban al servicio del canónigo Vázquez; Zacarías de Andrés de León marchó con el cura de San Lázaro. En 1589 el obispo tenía dos criados moriscos procedentes de Berbería; uno, de 40 años de edad, le había sido entregado bautizado por el rey hacia 1584 y el segundo, de 30 años, era esclavo, comprado por el obispo a un hidalgo de Zamora hacia 1585.

Panaderas moriscas.
Los moriscos entraron también al servicio de los notables de la ciudad: Alonso de Málaga con don Alonso Hernández Ventura de Villegas, hijo del corregidor y Melchor Jain con el diputado Andrés Fernández, el cual lo puso al oficio de tejedor[17]. Por carta del corregidor de Zamora de 6 de julio de 1571, sabemos que Miguel Mayuz estaba con el capitán Baltasar Docampo y Jerónimo Loaida con el regidor Hernán Rodríguez de Escobar[18]

Si exceptuamos a los esclavos, parece que la dedicación de los moriscos al servicio doméstico fue transitoria, tal vez más notable en los primeros tiempos de la estancia. A medida que transcurre el tiempo tenemos menos noticias de criados libres, sobre todo en la relación de 1589[19]. En el padrón de 1582 sólo figuran como criadas tres moriscas sirviendo en casas de cristianos viejos de Zamora; las tres jóvenes, mozas en torno a 18 años. Una de ellas, de nombre Inés, servía en la casa del entallador Juan de Montejo; las otras dos mujeres servían en las casas del licenciado Pizarro y de doña Ana de Calzada, respectivamente[20]. En Villaguer, don Juan de Deza tenía a su servicio tres criados moriscos. Ya se habló también de moriscos que contaron con servicio doméstico, caso de las casas de Gaspar de Córdoba y de Diego Hernández, en Toro.

Por lo que respecta a los esclavos, éstos ocupaban el 7,96 % en 1582[21] y el 1,57 % de la población morisca residente en el obispado de Zamora en 1589. El número de esclavos, como se puede inferir, fue disminuyendo. En algún caso se les concedió la libertad, como a los del deán Francisco de Deza, manumitidos en su testamento[22]. Propietarios de esclavos moriscos en Zamora en 1582 eran, entre otros, don Antonio Maldonado y don Alonso del Castillo -que tenían tres, respectivamente- y don Gonzalo de Guzmán y el canónigo Valvás, con uno. También tenía un esclavo de Berbería el obispo Juan Ruiz de Agüero en 1589, como ya se apuntó.

NOTAS:

[1] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2163. Toro, 20 de julio de 1571.

[2] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2162, fol. 8. Toro, 26 de marzo de 1571

[3] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2169, fol. 1-69.

[4] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2183.

[5] La criada en 1582 era una tal Teresa, soltera. A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2183. Zamora, 8 de marzo de 1582 . En 1589 su criada se llamaba Josefa, tenía 22 años y estaba próxima a casarse con un morisco de Salamanca. A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2196. Zamora, 7 de septiembre de 1589

[6] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2196. Zamora, 7 de septiembre de 1589.

[7] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2162, fol. 8. Toro, 26 de marzo de 1571.

[8] S. de TAPIA (1991): La comunidad morisca de Ávila. Salamanca, pág. 152.

[9] B. Vincent, Op. cit., pág. 233.

[10] J. CARO BAROJA (1976): Los moriscos del reino de Granada. Madrid, ha ponderado el papel del morisco en la horticultura, véase pp. 98-99 y 109-116.

[11] S. de TAPIA, Op. cit., pág. 180.

[12] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2183. Zamora, 8 de marzo de 1582.

[13] Tapiador es en 1582 Pedro Fernández, de la parroquia de San Salvador en Zamora, oficio que seguiría desempeñando en 1589, aunque ahora figura como parroquiano de Santa María la Horta. Sin embargo, los datos sobre su edad no coinciden, si es que se trata de la misma persona. En 1582 se dice que Pedro Fernández, tapiador, tiene 30 años y su mujer Catalina Fernández 26; en el censo de 1589 consta que Pedro Fernández tiene 50 años y su mujer Catalina Fernández es de 30 años. El matrimonio tiene en 1582 dos hijos, un niño de tres años y una niña de cinco; en 1589 tienen dos hijas: una, Beatriz de 9 años y la otra de 9 meses.

[14] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2196. Zamora, 7 de septiembre de 1589.

[15] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2162, fol. 8. Toro, 26 de marzo de 1571.

[16] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2167, fol. 58. Toro, 20 de febrero de 1572.

[17] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2162, fol. 10. Zamora, 26 de marzo de 1571.

[18] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2163.

[19] Junto a los moros de nación ya señalados, que sirven en las casas episcopales, el censo recoge otro criado morisco al servicio de Antonio Maldonado, bailío de Lora.

[20] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2183. Zamora, 8 de marzo de 1582.

[21] El obispo señala en su informe que hay 12 esclavos (lo que representaría el 6,52 %); sin embargo el cómputo individual depara un total de 13 personas esclavas.

[22] A.G.S. Cámara de Castilla. Leg. 2196. Zamora, 7 de septiembre de 1589.

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