lunes, 25 de julio de 2016

Unos tapices muy flamencos



LA GUERRA DE TROYA 
Telas de la catedral de Zamora

Tapiz de la destrucción de Troya.
José I. Martín Benito

Los siglos XV y XVI fueron la edad dorada de la tapicería flamenca. Durante esta época, los talleres de Arras, Tournai y Bruselas mantuvieron un altísimo nivel de producción, exportando por toda Europa sus paños de gran tamaño y calidad artística y técnica. España fue uno de los destinos de esas piezas por su especial relación con la región, desde que, por el Tratado de Arras (1482), Flandes pasara a la corona de Maximiliano I y de él lo heredaran luego los Austrias españoles.

El Museo de la Catedral de Zamora guarda una interesante colección de tapices flamencos de los siglos XV y XVI con temas históricos, bíblicos y alegóricos. Dicha colección esta considerada como una de las mejores muestras que se conocen del siglo XV y, más concretamente, de los salidos de los entonces dominantes talleres de Tournai (hoy en la provincia belga de Hainault, fronteriza con Francia).

Tapiza de Aníbal.
Integran el conjunto de la seo zamorana una veintena de piezas, integradas en varias series: La viña y La historia de Alejandro (ambas de Arras, del siglo XV), la dedicada a La guerra de Troya, tejida en Tournai hacia 1470 y la de Aníbal, realizada en Bruselas alrededor de 1570 (5 tapices de los 8 originales). Sobresale también el tapiz Tarquino Prisco, obra de los talleres de Tournai del último tercio del siglo XV, y una de las piezas más importantes en su género a nivel mundial.

De la serie La guerra de Troya, la catedral zamorana dispone de 4 de los 11 paños de que constaba inicialmente. Fue donada a la catedral zamorana en 1608 por el sexto Conde de Alba de Liste, don Antonio Enríquez de Guzmán.

El historiador Manuel Gómez Moreno dedicó varias páginas de su Catálogo monumental de España. Provincia de Zamora, publicado en 1927, a estos tapices, si bien fue en 1903 cuando el granadino visitó la catedral zamorana y pudo admirar la calidad de los tapices.

Según Gómez Moreno, en esto rivaliza la catedral de Zamora “con las más insignes de España, y aun las aventaja, poseyendo el tapiz que se reputa superior a cuantos conservamos del siglo XV”. Sin duda, la colección debió ser más amplia de la que ha llegado a nuestros días. El propio Gómez Moreno se refiere al “menosprecio que se adjudicó no ha muchos años a estos tapices, hasta el punto de utilizar, según dicen, los mejores como alfombras, cuando Isabel II fue a Benavente, pasando coches y caballos por encima. Después, gracias a un capitular culto, fueron remendados y cosidos, y desde que dos de ellos, en la Exposición histórica de 1892, causaron la admiración general, ha cambiado su suerte”.

Tapiz ade Tarquino.
La riqueza de tapices de la catedral de Zamora debió ser notable, pues ya los inventarios de la catedral de 1558 incluyen una larga serie de piezas. De todas ellas, los más antiguos datan del episcopado de don Juan Meseses, que se desarrolló entre 1468 y 1494; representan escenas del rey Salomón, de Alejandro y Darío y un sacrificio. Pero, de esta centuria, los que destacan, sobre todo, son el ya mencionado de Tarquino Prisco y los de la serie de La Guerra de Troya. El de Tarquino debió pertenecer a una serie sobre los siete reyes legendarios de Roma, tejida hacia 1475. Está inspirado en la Historia de Roma de Tito Livio. Gómez Moreno se refiere a él como “una obra de las más capitales y asombrosas del arte pictórico y textil… modelo acabadísimo en su género”.

Tapiz de la Guerra de Troya (detalle)

Por lo que respecta a los ejemplares de la serie de La Guerra de Troya, el primer tapiz efigia el consejo del rey Príamo, que aparece rodeado de Paris, Héctor, Troilo, Pruteus, Eneas y otros personajes. El segundo representa varis escenas, entre ellas el quinto y último combate antes de la tregua y Héctor en la tienda de Aquiles, proponiéndole combatir. A la derecha, la octava batalla y también una escena doble, Héctor armándose para el combate y Príamo rogándole que vuelva a la ciudad. El tercer tapiz (octavo de la serie) es una escena de batalla, en donde se reflejan las muertes de Héctor por Aquiles y la del propio Aquiles por la flecha de Paris. El último tapiz narra la destrucción de Troya. Las escenas y personajes que están representados en los citados tapices siguen con cierta fidelidad las imágenes que aparecen en ocho bocetos conservados en el Museo del Louvre, atribuidos a Henri de Vulcop, pintor de la corte de Carlos VII de Francia, quien debió de realizarlos hacia 1465.

Argumentalmente corresponden a diversos episodios de la Guerra de Troya, según fueron descritos en el famoso Roman de Troie, relato compuesto por el francés Benoît de Sainte-Maure hacia 1160-1170.

Originalmente, los tapices donados por el Conde de Alba y Aliste a la catedral zamorana en 1608 fueron seis. De la serie de La Guerra de Troya se conservan cuatro, más el de la coronación de Tarquino. Un sexto tapiz, el de Tideo y Polinice, fue vendido en 1945 al Ayuntamiento de Madrid, junto con otro que representa El paso del mar Rojo, por 900.000 ptas.

Al siglo XVI pertenecen los tapices de la serie “de la Viña”, con temas bíblicos de alegorías teológicas. De esta centuria son también los cinco tapices de la serie de Aníbal, confeccionados por el licero bruselense François Geubels en torno a 1570. Se conservan las escenas del juramento, el paso de los Alpes, la recogida de anillos de oro en Cannas, los pueblos itálicos entregándose al vencedor y el Senado en Cartago recibiendo el botín de guerra. Fueron donados a la catedral por el chantre don Jacinto Varaz Vázquez, fallecido en 1774. Los tapices del rey David, de fines del siglo XVI, fueron confeccionados posiblemente en un taller de Audenarde.

Además de la descripción de Gómez Moreno, destacan otros estudios. En 1925 A. Gómez Martín y B. Chillón Sampedro, publicaron “Los tapices de la catedral de Zamora”; con el mismo título lo hizo F. Martín Avellido en 1989. El estudio más reciente es el de Jean Paul Asselberghs: Los tapices flamencos de la Catedral de Zamora, publicado en 1999.



* * *

Dada su importancia y calidad artística, los tapices de la Catedral de Zamora han sido solicitados en diversas ocasiones para exposiciones temporales. Fuera de España, los tapices zamoranos han estado en Bruselas, París, Nueva York, Tournai, Bilzen, Lovaina… En nuestro país, han sido expuestos en varias muestras; en la última década se han expuesto algunas piezas en exposiciones como “Remembranza. Las Edades del Hombre” de Zamora, o en “Caballeros y Caballerías” del Museo de las Ferias de Medina del Campo.

No hay comentarios: