En la mañana del 30 de noviembre, Bonaparte se dispuso atacar directamente el puerto de Somosierra, con todas sus fuerzas disponibles. Esa mañana, el Emperador partió de su cuartel general de Boceguillas y se trasladó a Cerezo de Abajo, escoltado por la caballería de la Guardia Imperial. La conquista del puerto de Somosierra se produjo poco después del mediodía y la persecución continuó hasta Buitrago, donde el César descansó e aquella noche.
Hacia el mediodía del día 2 de diciembre, llegó Napoleón a las alturas de Chamartín, desde donde se dominaba el caserío de Madrid. Entró en la capital el 9 de diciembre, aunque el cuartel general lo mantuvo en Chamartín.
El 19 de diciembre, el emperador recibió una carta del general La Housaye, informándole de la presencia en Salamanca de 16.000 soldados británicos mandados por Sir John Moore. Se enteró también del intento de los ingleses de llegar a Valladolid, tras los ataques a las tropas francesas en Rueda y Tordesillas y de la marcha del ejército español de León y el inglés de Astorga de marchar hacia la línea del Carrión. En vista de ello, Napoleón decidió atravesar el Guadarrama para situarse entre la retaguardia del enemigo, entre Valladolid y Salamanca. Mientras tanto, los ingleses habían ocupado Mayorga, con un efectivo de 23.500 hombres y se dirigieron a Sahagún para atacar las fuerzas de Soult.
El 22 de diciembre, hacia el mediodía, Napoleón abandonó Chamartín, precedido por su Guardia Imperial, con el propósito de pernoctar en Villacastín ese mismo día. En las primeras horas de la tarde llegó al pueblo de Guadarrama y cruzó el puerto, llegando a San Rafael. La empresa se vería truncada por un violento temporal de viento y nieve. El Emperador disponía de un total de fuerzas movilizadas contra Moore que superaban los 40.000 hombres. En la noche del 22 al 23 de todas estas unidades se encontraban diseminadas en una columna de más de 120 kilómetros, la distancia comprendida entre Madrid y Arévalo.
Batalla de Somosierra, obra de Louis-François Lejeune, 1810. |
Hacia el mediodía del día 2 de diciembre, llegó Napoleón a las alturas de Chamartín, desde donde se dominaba el caserío de Madrid. Entró en la capital el 9 de diciembre, aunque el cuartel general lo mantuvo en Chamartín.
El 19 de diciembre, el emperador recibió una carta del general La Housaye, informándole de la presencia en Salamanca de 16.000 soldados británicos mandados por Sir John Moore. Se enteró también del intento de los ingleses de llegar a Valladolid, tras los ataques a las tropas francesas en Rueda y Tordesillas y de la marcha del ejército español de León y el inglés de Astorga de marchar hacia la línea del Carrión. En vista de ello, Napoleón decidió atravesar el Guadarrama para situarse entre la retaguardia del enemigo, entre Valladolid y Salamanca. Mientras tanto, los ingleses habían ocupado Mayorga, con un efectivo de 23.500 hombres y se dirigieron a Sahagún para atacar las fuerzas de Soult.
El 22 de diciembre, hacia el mediodía, Napoleón abandonó Chamartín, precedido por su Guardia Imperial, con el propósito de pernoctar en Villacastín ese mismo día. En las primeras horas de la tarde llegó al pueblo de Guadarrama y cruzó el puerto, llegando a San Rafael. La empresa se vería truncada por un violento temporal de viento y nieve. El Emperador disponía de un total de fuerzas movilizadas contra Moore que superaban los 40.000 hombres. En la noche del 22 al 23 de todas estas unidades se encontraban diseminadas en una columna de más de 120 kilómetros, la distancia comprendida entre Madrid y Arévalo.
(Continuará)
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