jueves, 2 de febrero de 2017

La venganza del peregrino

 HOSPITALIDAD O CON LA PUERTA EN LAS NARICES

("Villabrázaro.... de Satán")

Peregrino.

José Ignacio Martín Benito

En 1577 Bartolomé de Villalba y Estaña escribió un manuscrito que tituló el Pelegrino Curioso y otras Grandezas de España. En él daba cuenta de su viaje a Santiago de Compostela, en un itinerario  que le llevó de Cuenca a Madrid, Toledo, Guadalupe, Salamanca, Valparaíso, Zamora, Moreruela, Benavente, Astorga, El Bierzo y El Cebreiro, camino de Galicia.

Villalba era clérico benedictino y, por lo general, en todos los sitios fue muy bien recibido, tanto en los monasterios como en las casas de la aristocracia, como le ocurrió en Moreruela y en Benavente. De Moreruela señala la antigüedad de la fábrica del monasterio y la hospitalidad de los monjes, así como el enterramiento de una infanta de Portugal, al que aludió también Ambrosio de Morales. De Benavente ensalza el castillo-palacio y la armería, así como el trato con el que le dispensaron los señores de la villa. 

Agasajado en villas y monasterios, la cosa cambiaba cuando tenía que pernoctar en aldeas, como le ocurrió en Bretó y en Villabrázaro. De su buena estancia en Moreruela y de las cosas que allí vió guardó buen recuerdo. No así de Bretó, donde no encontró la comodidad monacal y, por eso, escribió:

Posada en el camino.
"Lo cual visto y notado con gran contento llegó á Breton, Bribon dixeran mejor, según es infame casa para los caminantes, que es, cierto, cosa de espanto, siendo del Conde, ¿cómo se provee de remedio más acomodado en un vil albergue?".

En Benavente le agasajaron y por eso nuestro peregrino se deshizo en elogios -de los que hablaremos en otro post-. Pero la cosa se tornó de nuevo, cuando abandonó la villa de los Pimentel. Villalba salió de Benavente para Villabrázaro, donde pernoctó. De aquella noche guardó mal recuerdo, pues se queja de la cama (durmió en un carro), perdió algunas cosas, no cenó y pasó frío; por eso, a la mañana siguiente, escribió en la puerta de la iglesia unas versos quejándose de la estancia. Fue su venganza. Y no dudó en bautizar a Villabrázaro, como "de Satán", Aquí os dejo sus impresiones:

"En Benavente detuvose nuestro Pelegrino más de lo que pensaba, por topar un contemporáneo suyo en esta tiera, casado, en servicio del Conde, que fue de él luego conocido y hospedado, y despedido con muchas caricias, llegó aquella noche á Villabrasa, por cierto brasa de caminantes porque el Pelegrino durmió en un carro, perdió no se qué cosillas, quedó sin cena, sintió buen frio; y estando tan bien aventurado, de mañana, á la puerta de la iglesia con un yeso dejó escritos estos versos:


                                   “Villa, brasa soys por cierto

Villabrasas, y aun que quemays,

y si contino abrasais,

yo os digo que doy por muerto

al que vos aposentays.

Villabrasa, que no hay pan;
Villabrasa, que no hay cama;
Villa te llamo de afan,
Villa te llamo de llama,
Villabrasa de Satán

Brasa, que no me calienta,
brasa que no da calor;
brasa es de gran dolor,
ni yo la oya ni sienta
jamás, suplico al Señor.
Y Villabrasa que abrasa
cierto me espanto del Conde,
cómo á fuego no le pasa,
cómo el Conde no la esconde
siendo tan vil Villabrasa”.
 

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              Para saber más: 


1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias por el apartado, realmente me ha encantado, no sabia de tu blog juan y es para compartir con tu permiso claro. de mi parte, y de los chicos de la gran hermandad blanca enviamos prosperidad y paz!!