miércoles, 26 de julio de 2017

La ayuda celeste en el paso de los ríos (y 3)

LOS MANTOS TRANSFORMADOS EN BARCAS Y OTROS MILAGROS PARA CRUZAR LOS RÍOS

Tres pueblos de Zamora y sus leyendas

José I. Martín Benito
Rionegro del Puente y el santuario de La Carballeda.

En los pueblos de Zamora corren leyendas ligadas al paso de los ríos. Una de ellas es la de Rionegro del Puente y su famoso santuario de la Virgen de la Carballeda, donde todos los años, miles de personas van a la romería, que se celebra el tercer domingo de septiembre. ¿Cuál es el origen de tan celebre santuario? Veámoslo.

Las aguas caudalosas no eran un freno para el poder celestial, que podía transformar en paso flotante los mantos de los peregrinos. Es la base de la leyenda de la Virgen de la Carballeda, que se habría parecido en un roble o carballo a unos peregrinos que trataban, infructuosamente, de pasar el río Negro, que venía desbordado. La Virgen les ordenó que tendieran sus capas sobre las aguas a modo de embarcaciones y así pudieron vadear el río.
Virgen de la Carballeda.
En las cercanías de aquel lugar, los devotos levantaron un templo (el santuario de la Virgen de la Carballeda en Rionegro del Puente, Zamora), y comenzaron a prestar albergue a los peregrinos, tradición continuada por la Cofradía de los Falifos o Farrapos[1]. Precisamente, a Nuestra Señora de los Falifos se encomendó a principios del siglo XIX el barquero de Santa Cristina de la Polvorosa, Joaquín Rodrigo, obteniendo una total curación después de haber sido desahuciado por los médicos. En prueba de ello dejó un exvoto al santuario[2].
Exvoto del barquero de Santa Cristina en La Carballeda.

Montamarta y su monasterio

Todavía hoy se conservan las ruinas del monasterio jerónimo del pueblo zamorano de Montamarta. El viajero las podrá encontrar a la derecha de la N-631 a su paso por esta localidad. La leyenda de la fundación de este monasterio está ligada al paso del río Esla.

El milagro de los mantos transformados en embarcaciones, caso del de Santa Basilisa en San Pedro de la Nave o el de la Virgen de la Carballeda en Rionegro, lo encontramos también en la leyenda de la fundación del monasterio jerónimo de Montamarta, según relata Fray José de Sigüenza:

“Con esta licencia partieron los treze religiosos de Guadalupe… Caminaron al fin hazia Zamora, y vinieron a parar en aquella parte donde el rio Ezla, derribándose por entre unos riscos asperos, haze a la salida una vuelta, casi de todo punto cerrada, dexando aislado en medio un gran peñasco. Encima del está assentada una péqueña hermita del Arcangel S. Miguel (esta se entiende que era eredad de Fray Fernando de Valencia) a una legua del lugar de Montamarta, y quatro de la ciudad de Zamora. Contentoles a la primera vista el sitio, no reparando mucho en los inconvenientes que después se descubrieron, para la salud del cuerpo, y para otros menesteres de la vida del hombre. Pusieron los ojos en que el lugar estava apartado, solo, casi inacessible, por la muralla y defensa del rio. Entraron en la hermita, pusieronse de rodillas delante el santo Arcangel, hizieron una larga oración, postrados en tierra. La sustancia della fue rogar a aquel capitán de los exercitos del cielo, y caudillo de la Iglesia, los amparasse, y fuesse guía en quella milicia que començavan, y pues venían como desterrados de aquel paraíso, por su sovervia, les alcançasse de Dios y el don de la humildad, que tanto desseavan….

Ruinas del monasterio de Moreruela.
Predicavan con los ojos, y con las manos, y con toda la compostura y modestia de su trato. Davanles alguna limosna, y aquella traían al convento con mucha alegría. Vieron muchas vezes los moradores de aquella tierra (y duró muchos años la fama, y no se ha acabado agora) que volviendo algunos destos siervos de Dios de predicar, y pedir limosna, para el consuelo, y sustento de sus hermanos, a la vuelta, sucedida aver crecido el rio de manera que no se podría pasar a la peña donde estava el monasterio cercado todo de agua, con la avenida grande, y los siervos de Dios, llenos de fe, y esperanca, tendían el manto en el agua, y passavan de pies encima, sin mojarse un pelo. Quedavanse llenos de admiración los que los miravan, y publicavan la maravilla, diziendo, que aquellos hombres todos eran santos…

Determinaron al fin de mudar sitio, mas temprano que quisieran, y ordenavalo Dios ansi, aunque sintieron mucho dexar su peña. Vinieronse al lugar de Montamarta, a una casa que era de fray Fernando de Valencia, en tanto que Nuestro Señor abría puerta para mejor asiento… En otra relación harto antigua se dize, que se recogieron en una hermita de san Iulian, que estava cerca del pueblo, poco menos de media legua”[3].
Pasando el Esla, en Bretocino.

Otra leyenda: la de Santa María de Moreruela

Cerca del pueblo La Granja de Moreruela está un monasterio cisterciense, que para muchos es una de las primeras fundaciones de la Orden del Císter en España.

El monasterio está próximo al río Esla. Allí había una barca para cruzar el río. Un paso peligroso que dio lugar también a la protección de Nuestra Señora de Moreruela. En este caso es la propia imagen de la Virgen la que hizo las veces de barca, según cuenta la leyenda referente a San Froilán y San Atilano, estos huían de sus perseguidores y cruzaron el río Esla sobre la imagen de Santa María de Moreruela:


“Hiban huiendo los benditos santos de los sarracenos. Fue esto en el reynado de Ramiro III, rey de León, que por la dicha canalla heran mui calamitosos aquellos tiempos. Y por lo mismo no tenían seguro alvergue, y para maior seguridad determinaron pasar el rio Esla, y sin la más leve dilación san Froylán al derecho y San Atilano al izquierdo cogieron a Maria Santíssima de Moreruela, y sirviéndoles de navío aquella milagrosa imagen y el Niño que tiene en sus brazos de piloto, desguazaron el río sin mojarse.”[4]

Otro de los santos ligados a la protección viaria y al cruce de los ríos es San Cristóbal. Su culto como protector de viajeros y peregrinos está bien atestiguado en el territorio de la provincia de Zamora[5].
San Francisco de Paula, navegando sobre su manto.
http://ledodelpozo.blogspot.com.es/2015/08/jose-ignacio-martin-benito-barcas-de.html


[1] L. CORTÉS VÁZQUEZ: “Caminos de peregrinación occidentales” en L. HUIDOBRO Y SERNA: Las peregrinaciones jacobeas, Tomo III, Madrid 1951, pp. 497-498 y 504-505; C. de ERRO E IRIGOYEN: “Nuestra Señora de la Carballeda”. Zamora Ilustrada, 21 de septiembre de 1881; L. VÁZQUEZ DE PARGA, J. M. LACARRA Y J. URIA RIU: Las peregrinaciones a Santiago de Compostela. Tomo I. Madrid 1948, pp. 252-254. J. A. RIVERA DE LAS ERAS: La estampa religiosa popular en la provincia de Zamora, Zamora 1997, pp. 113-120; R. GONZÁLEZ RODRÍGUEZ: El Santuario de la Virgen de la Carballeda - La Cofradía de los "Falifos" de Rionegro del Puente.

[2] Debo la información a Julio Badenes Almenara y a José Luis Hernando Garrido.
[3] J. de SIGÜENZA: Historia de la orden de San Jerónimo. Madrid 1907, Tomo I. pp. 146-148. Véase también C. A. ISIDRO GARCÍA: “Leyendas del monasterio de San Jerónimo de Montamarta (Zamora)”. Revista de Folklore. 2009, Tomo 29, nº 338, pp. 61-65. Los mantos transformados en embarcaciones están presentes en varias leyendas hagiográficas: San Julio de Novara navegó sobre su manto en la isla del lago Orta (Italia); San Martín de Tours cruzó el río Dora por este procedimiento hasta las cercanías de Anzasco; San Juan de Xenós llegó a Creta desde la isla de Gaudos usando el manto de barca y el bastón de mástil; San Francisco de Paula y sus compañeros cruzaron el estrecho de Mesina desde Sicilia; el hospitalario San Gerardo dei Tintori atravesó el río Lambro sobre su capa para socorrer a los necesitados. Otros santos que surcaron las aguas con ayuda de sus mantos fueron: San Alberto de Génova, San Raimundo de Peñafort, el beato franciscano Conrado Confalioneri de Piacenza, San Miro de Canzo, el venerable Gesualdo Melacrino de Reggio Calabria… Véase D. GRENCI: “Los santos que navegaron sobre su manto” en
                                                                                                                                              
[4] Se hace eco de la leyenda el corresponsal de Tomás López. Véase: J. LORENZO ARRIBAS: Diccionario Histórico-Geográfico de la provincia de Zamora, según las informaciones obtenidas por el geógrafo real Tomás López (1765-1798). Zamora, pp. 175-176.
[5] L. GRAU LOBO: “San Cristóbal, homo viator en los caminos bajomedievales: avance hacia el catálogo de una iconografía singular”. Brigecio 4-5. Salamanca 1995, pp. 167-184; J. L. HERNANDO GARRIDO: “Sobre el Cristobalón de Santa María del Azogue en Benavente (Zamora): ¿Pero hubo alguna vez sirenas en los ríos Órbigo y Esla a inicios del siglo XVI?”. Revista de Folklore. Fundación Joaquín Díaz, 2012, nº 366, pp. 4-32.
 
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