sábado, 4 de marzo de 2017

Barcas en el Porma (1)

Vegas del Condado

Barca del Vegas del Condado

José I. Martín Benito

El paso del río Porma en Vegas se hacía por puente de madera que era necesario reparar constantemente, tarea que se hacía por fazendera. La labor solía hacerse en el mes de mayo, ya que era necesario para el paso del ganado a los pastos del monte. Se construía con unos gruesos postes de roble clavados en el río, denominados “zancas”. Sobre ellos, iban colocados y amarrados otros de menor grosor, también de roble, y sobre céspedes o “tapines” con la parte vegetal hacia abajo[1].

Otra forma de cruzar el río fue el uso de embarcaciones. El topónimo “La Barca”, que se recoge en las actas municipales de 1888, es un fiel exponente de la navegación fluvial en el Porma. En diciembre de 1922 fueron detenidos en Vegas dos jóvenes de Villafruela por hundir una barca en el río[2].
En torno a la década de 1920 se habilitó otra forma de paso, consistía esta en un cajón colgante provisto de cuatro poleas, con las que se deslizaba por dos cables paralelos, tensados y sujetos a sendas torretas con cabestrante, situadas a ambos lados de río; los pasajeros podían mover el cajón tirando de uno de los cables y cruzar así el cauce. Este sistema “zeppelín”, se ubicó también en otros puntos del río, tales como Santibáñez de Rueda. Una riada dañó el sistema e hizo inoperativo el paso con el cajón. La alternativa fue echar una barca en el lugar de “El Soto”; era esta de cuatro mástiles y un cable, apta para el transporte de personas y de ganado. Era utilizada por los vecinos de Vegas, de Cerezales del Condado y de la ribera de Gradefes.
Barca de Vegas.

Parece que la merma de la cabaña ganadera y de algunas tierras de labor hizo que el paso fuera disminuyendo. Los barqueros ya habían buscado fortuna en Secos de Porma. La barca quedó sola, abandonada en el lecho del río, sobre todo a raíz de la construcción del puente por parte de la Diputación Provincial, en torno a 1950. De ahí que fuera utilizada solo de manera ocasional. En una de estas veces, el 18 de noviembre de 1951, el pastor Dalmiro Laso Villafañe pereció ahogado al romperse el cable de la embarcación y ser esta arrastrada aguas abajo[3]. Parece que estuvo en servicio desde 1942[4].

Tenemos también noticia de otra pequeña barca, sin cable, de propiedad particular, que se utilizaba para acceder a una majada de ovejas situada en el paraje “La Quebrantada”, en la falda del monte[5].


Próxima entrega: La barca de San Cipriano para San Vicente

[1] Agradezco esta información a Celestino Llamazares Sahelices, de Vegas del Condado.

[2] Diario de León, 13 de diciembre de 1922, pág. 2.

[3] El río venía crecido y en lugar de pasar por el puente de Cerezales, el pastor lo intentó cruzar por la barca. A partir de ese momento parece que se tomó la determinación de no volver a hacer otra embarcación, por el riesgo que suponía, agravado por el temor a que sucediera una catástrofe, ya que los mozos iban usarla por la noche. Información facilitada por su nieto Aurelio Sánchez Laso, el 3 de julio de 2014.

[4] R. MARTÍNEZ RODRÍGUEZ: Vegas del Condado (León). Historia, leyenda y floklore. http://www.vegasdelcondado.com/restituto.htm

[5] Información facilitada por Eugenio González, de Villanueva del Condado.
Para saber más:
http://ledodelpozo.blogspot.com.es/2015/08/jose-ignacio-martin-benito-barcas-de.html

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