sábado, 3 de marzo de 2018

La iglesia contra la nobleza

HERMANDADES Y CONCILIOS EN BENAVENTE, TORO Y ZAMORA EN LA BAJA EDAD MEDIA

José Ignacio Martín Benito

El concilio de Benavente

Concilio de obispos en Nicea.

En 1284 se reunieron en Benavente los obispos, priores e iglesias de León y Galicia. En este concilio denunciaron los abusos del poder secular contra las iglesias y monasterios.

A pesar de dicha denuncia, los hechos siguieron produciéndose y fueron constantes. La nobleza laica usurpaba los bienes eclesiásticos y muchas veces por métodos violentos.

Bajo la forma de encomienda, muchos nobles intentaron aumentar sus propiedades a costa de los patrimonios de la Iglesia[1]. Las presiones se ejercían, a veces, bajo el asalto de los bienes y, aún de los monasterios. Años antes a la reunión de Benavente, vecinos y montaneros de Ciudad Rodrigo habían asaltado la granja del río Turones, propiedad del monasterio de Nuestra Señora de Aguiar, y se habían llevado grano y ganado. Años más tarde, en 1291 los reyes enviaban al arcediano de Medina a Ciudad Rodrigo para que detuviera a las personas que se habían apoderado por la fuerza del convento de Santo Domingo y habían prendido al prior y a los frailes.

Panorámica de Toro.
La Junta de obispos de Toro.

Durante el siglo XIV la hermandad de los prelados, priores y representantes de los cabildos continuó reivindicando sus derechos, privilegios y libertades, muchas veces puestos en peligro por el ansia nobiliar. En mayo de 1310 se reunió en Toro una junta de obispos de la metrópoli compostelana, para tomar acuerdos que reforzaran sus sentencias contra los "invasores et malefactores" de los bienes y privilegios eclesiásticos. Estuvieron presentes en la reunión los obispos de León, Oviedo, Palencia, Zamora y Coria, bajo la presidencia del metropolitano don Rodrigo[2]; aunque en Toro no estuvo presente el prelado civitatense Alfonso, sí asisitió al concilio celebrado en Salamanca en octubre de aquel año, donde entre otros asuntos, se ratificaron los acuerdos de la Junta del Clero de Toro.

La Corona trató de paliar los agravios. En 1311 en Valladolid, Fernando IV en presencia de los prelados del reino confirmó a las iglesias los privilegios y libertades concedidos por los reyes sus antecesores, al tiempo que ordenaba ejecutar las sentencias de los prelados y regulaba las relaciones de los clérigos con el poder civil; eximía también a las iglesias de pechos y yantares y se comprometía a que los merinos y justicias hicieran pesquisas contra las "malfecerias en los vienes de los prelados, e de las yglesias, e de las ordenes" y a no hacer pueblas en los cotos ni en las heredades de las iglesias[3].
Báculo. Siglo XIII. Ciudad Rodrigo.
La Hermandad de Zamora

La Hermandad de obispos se volvió a reunir en julio de 1311 en Zamora, bajo la presidencia de los metropolitanos de Santiago y Braga y a la que asistieron los prelados de León, Oviedo, Palencia, Orense, Mondoñedo, Coria, Ciudad Rodrigo, Tuy, Lugo, Astorga, Avila, Plasencia y Segovia. El objetivo era, de nuevo, poner fin a los "agravamientos e muchos males" que recibían no solo los obispos y sus iglesias sino también sus feligreses[4]. Sobre lo tratado acordaron enviar una representación ante la reina doña María, para exponerle "aquellas cosas que entre nos en sembra son fabladas et tratadas" compuesta por el arzobispo de Santiago y los obispos de León, Oviedo, Palencia, Coria y Ciudad Rodrigo[5]. En 1313, después de celebradas las Cortes de Palencia, y en presencia del arzobispo de Santiago y de los obispos de Sigüenza, Orense, Coria, Tuy, Plasencia, Ciudad Rodrigo y Lugo, la reina se comprometió desde Monzón a respetar los privilegios tradicionales de los prelados, nobleza y caballeros representantes de las ciudades[6].

http://bac-editorial.es/historia-de-las-diocesis/457-iglesias-de-avila-salamanca-y-ciudad-rodrigo.html

[Este texto forma parte de mi trabajo: La Iglesia de Ciudad Rodrigo. En Historia de las diócesis españolas: Ávila, Salamanca. Ciudad Rodrigo. Vol. 18, BAC. Madrid 2005, pp. 361 y 362].

[1] J. Fernández Conde, "Decadencia de la Iglesia española bajomedieval y proyectos de reforma". Historia de la Iglesia en España, II‑2º. la Iglesia en la España de los siglos VIII‑XIV (Madrid 1982, 434‑35).
[2] J. L. Martín Martín, Documentación medieval de la iglesia catedral de Coria (Salamanca 1989, 106‑08, doc. 62).
[3] J. L. Martín Martín, Op. cit. (Salamanca 1989, 109‑12, doc. 63). El privilegio que eximía al obispo y dean de la obligación de pechar fue concedido desde Burgos el 13 de marzo de 1304 por Fernando IV. Lo cita Hernández Vegas siguiendo a Cabañas. Por su parte, el privilegio de no pagar yantar fue confirmado por los reyes posteriores. El 20 de julio de 1352 Pedro I, estante en Ciudad Rodrigo, confirmó al obispo y cabildo este privilegio e hizo lo mismo con el moansterio premostratense de La Caridad. Relación de estos privilegios en M. Hernández Vegas, Op. cit. I (Salamanca 1935, 179 y 207‑08) y A.Diocesano de C.R. Libro Becerro de La Caridad, donde se da fecha de 1351.
[4] J. L. Martín Martín, Op. cit. (Salamanca 1989, 113‑14, doc. 65).
[5] J. L. Martín Martín, Op. cit. (Salamanca 1989, 112‑13, doc. 65).
[6] J. L. Martín Martín, Op.cit. (Salamanca 1989, 118‑20, doc. 68).

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