REINO DE LEÓN

miércoles, 16 de mayo de 2018

Motines obreros (1)

MOTINES EN TÁBARA (ZAMORA) (I)

José Ignacio Martín Benito

Introducción

Plaza de Tábara (Zamora).
En 1911 el pueblo de Tábara se amotinó contra don Agustín Alfageme Pérez, propietario de gran parte de los bienes que habían sido del marquesado de esta villa[1]. El conflicto venía de lejos, mucho antes de que Alfageme apareciera en escena; incluso, en 1898 ya se había amotinado el vecindario y prendido fuego al palacio de los marqueses, preludio de los acontecimientos de 1911[2]. Por eso podemos decir que los sucesos de este último año en la villa tabarense eran el resultado de una situación larvada, como se verá. El primero de los motines de Tábara, el de 1898, hay que situarlo también dentro del contexto de la crisis de subsistencia y del elevado precio del trigo que ese año generó protestas en todo el país. Asimismo, en varios lugares de la provincia se vivieron otras escenas de conatos de motín o de motín mismo, como en Benavente, Fuentelapeña, Coreses, Moraleja del Vino o en Pobladura del Valle[3]. Por lo que respecta a Tábara, los sucesos comenzaron el martes 15 de marzo de 1898, cuando un grupo de mujeres se manifestó “acometiendo al pan y á las patatas”; los sucesos se agravaron al día siguiente: los amotinados prendieron fuego a la casa-palacio que un día fue de los marqueses de la villa y que, en esas fechas, estaba, según parece, en manos de los herederos de la duquesa viuda de Pastrana[4]. Tras los sucesos, fuerzas de la Guardia Civil de Benavente y Zamora se reconcentraron en Tábara[5].

La venta del monte del Encinar, el palacio, el convento y la iglesia

Pero vayamos con lo sucedido en la villa en febrero de 1911 y que, como se ha apuntado, responde a una situación que se venía gestando desde hacía tiempo. En efecto, liquidado el régimen señorial por la acción primero de las Cortes de Cádiz en 1811 y luego por la ley de 1837, los vecinos de la Villa y Tierra de Tábara pleitearon por conseguir la abolición de las rentas y prestaciones que debían dar al marquesado, sin conseguirlo. En 1844 el juzgado de primera instancia de Alcañices fallaba a favor del marqués como “señor territorial y solariego de la villa de Tábara y pueblos que habían integrado ese marquesado”. De nuevo el Tribunal Supremo en 1867 dio la razón al marqués contra las pretensiones de los vecinos de los pueblos de la Tierra tabarense[6].

Motín popular.

A finales del siglo XIX los herederos de la duquesa viuda de Pastrana, en quien recaía el marquesado, decidieron vender prácticamente todas las viejas rentas señoriales. Uno de los grandes compradores fue José Rodríguez, vecino de Benavente, junto con el senador Andrés Trueba y Prado, vecino de Tábara[7]. La viuda de Andrés Trueba debió vender buena parte de los mismos a Agustín Alfageme Pérez, vecino de Madrid, entre ellos el monte de encina y roble llamado El Encinar (en término de Tábara), varios foros y también el antiguo palacio de los marqueses de Tábara junto a las dependencias anejas, entre ellas el convento y la iglesia. Y es, precisamente, contra Alfageme contra quien se amotinó una multitud de vecinos en febrero de 1911. La causa directa que desencadenó los acontecimientos parece que fue la venta del Encinar a vecinos de Faramontanos, Pozuelo, Moreruela y Santa Eulalia de Tábara. Los vecinos de Tábara se debieron considerar perjudicados por esta venta, pues el concejo de la villa venía disfrutando el aprovechamiento de los pastos[8].

Comienzo del motín

El motín comenzó a las tres de la tarde del día 22, cuando grandes grupos formados por niños y mujeres recorrieron las calles, enarbolando banderas y letreros y dando mueras a don Agustín Alfageme.


(Continuará)

Este texto pertenece a mi trabajo: "Crisis obrera y conflictividad social en el nordeste zamorano (1898-1920). I. El periodo 1911-1913 ". Brigecio, 11. Benavente 2001, pp. 115-139.


[1]El marquesado de Tábara se extendía, además de la villa tabarense, a los lugares de Moreruela de Tábara, Faramontanos, San Martín de Tábara, Santa Eulalia, Litos, Escober, Ferreras de Arriba, Ferreruela... El primer marqués de Tábara fue don Bernardino Pimentel y Enríquez, el cual recibió el título de Carlos V en 1541.

[2] No fue el único motín que tenía como telón de fondo la situación heredada del suprimido régimen señorial. Años antes, también se amotinaron los vecinos de San Martín del Terroso contra la cobranza de los foros; los enfrentamientos con la de la Guardia Civil ocasionaron dos víctimas (un muerto y un herido) y varias detenciones, así como la intervención de la Audiencia territorial de Valladolid. El Heraldo de Zamora, 8, 11 y 25 de junio y 11 de julio de 1907.

[3] En Coreses, las mujeres impidieron que dos carros de trigo procedentes de Villalube embarcaran en el ferrocarril. El Correo de Zamora y El Heraldo de Zamora, 1 de marzo de 1898. En Pobladura del Valle, un grupo de mujeres y niños se amotinó el día 7 de marzo pidiendo que no saliera de la estación un vagón de trigo con destino a la fábrica de harinas de León (propiedad del señor Alfageme) y que, por el contrario, se vendiera en la localidad al precio de 14 reales la hemina. El alcalde no accedió a las peticiones y dio orden de trasladar el grano a la casa del secretario, al tiempo que reclamaba auxilio a Benavente para imponer su autoridad. Al día siguiente fuerzas de la benemérita custodiaron la casa del secretario. Varias mujeres y niños lanzaron piedras contra la casa y la Guardia Civil; dos hombres, apostados en al ángulo de la iglesia, realizaron disparos contra las fuerzas de orden público. Hubo intercambio de fuego, del que resultaron heridas dos mujeres. Finalmente la Guardia Civil logró abortar el motín y el juez de Benavente se trasladó al pueblo para instruir proceso (El Heraldo de Zamora, 10 de marzo de 1898). De estos sucesos dio cuenta también el semanario popular de Benavente La Mota, en su número 10, del domingo 13 de marzo. Por éste, sabemos que fueron detenidas seis mujeres y llevadas a la cárcel de Benavente. La crisis de subsistencia ocasionó también sonados alborotos en esta villa: el 2 de marzo las mujeres se manifestaron con una bandera que rezaba “Pan barato. Trabajo para la clase obrera. Ayudad á los pobres”. Al día siguiente, jueves, se reprodujo la manifestación; esta vez las mujeres detenían a “cuantos carros de trigo pasaban con dirección á las fabricas y Estación del ferro-carril, obligando a sus dueños, con amenazas, tomasen la dirección del mercado, donde se encontraban lo que pudiéramos llamar el Estado Mayor, formado por un grupo de mujeres que no pasaría de 25 ó 30 que armadas de sendos garrotes exigian á los vendedores de grano que lo vendieran á cuatro pesetas el doble decálitro”. Por la tarde las manifestantes,a compañadas de algunos hombres, se dirigieron a la estación del ferrocarril con el intento de impedir la salida de varios vagones de trigo. De todo ello se ocupó el semanario La Mota, en su número 9 (domingo 6 de marzo de 1898), que abrió con el titular: Manifestación Obrera. También el semanario católico de Benavente, El Áncora, se hace eco de la noticia en su número 23, del jueves 3 de marzo. Una breve referencia a estos sucesos hicimos en J. I. MARTÍN BENITO, 1998, Op. cit., pp. 212-213. También en Salamanca las mujeres y los niños asaltaron varios vagones de trigo en la estación de ferrocarril (El Correo de Zamora, 26 de marzo de 1898). En cuanto a lo sucedido en Moraleja del Vino, el motín comenzó cuando los jornaleros pidieron aumento de jornal; las mujeres recorrieron las calles al grito de “Pan y trabajo”; el gobernador, con fuerzas de la Guardia Civil, se trasladó a la localidad y logró apagar el levantamiento (El Correo de Zamora, 3 y 4 de marzo y El Heraldo de Zamora, 4 y de marzo de 1898. Para Benavente véase J. I. MARTÍN BENITO (1998): Op. cit., pp. 212-213.

[4] Eran éstos los religiosos jesuítas don Juan Ron Álvarez y D. Sebastián Zabaleta y Eguiburu, de 49 y 35 años de edad, respectivamente. Escritura de poder especial para administrar, cobrar y otras facultades otorgada por (los mismos) a favor de D. Manuel Conejo y Revilla, 2 de junio de 1898. Archivo familiar de D. Francisco Villalón (Tábara). Tanto esta escritura, firmada en Chamartín (Madrid), como otra de poder para litigar firmada en Zamora el 5 de diciembre de 1898, a favor también de D. Manuel Conejo Revilla (administrador), son posteriores a los sucesos de marzo, por lo que tal vez estén inspiradas por aquellos. Manuel Conejo, a su vez, delegó este poder de litigar a favor de D. Isidro Martínez Juárez y D. Agustín González Álvarez, procuradores de los tribunales de Alcañices y Zamora. El administrador Manuel Conejo era un hombre vinculado desde siempre a la Casa de Pastrana en Tábara. Su padre, Agustín Conejo, había sido guarda de a pie desde 1852 y él mismo había sido primero guarda montado de la casa, al menos desde 1876. Nombramientos a favor de Agustín Conejo y de Manuel Conejo Revilla como guarda de a pie y guarda montado, respectivamente. Archivo familiar de D. Francisco Villalón (Tábara).

[5] La Mota, semanario popular de Benavente, sábado 19 de marzo de 1898, número 11. Se hace eco también de estas noticias J. C. de la MATA GUERRA (2001): Sociedad y prensa en Benavente (siglos XIX y XX). Benavente, pp. 64 y 166, al cual agradecemos que nos haya suministrado la información.

[6]L. A. SÁNCHEZ GÓMEZ (1997): Tierra de Tábara. De señorío a reserva de caza. Zamora, pp. 64 y 65.

[7]José Rodríguez fue diputado provincial entre 1872-74 y 1876-81 y presidente de esta institución en 1881, 1883 y 1884; diputado en el Congreso tras las elecciones de 1886 y senador electo por Zamora en 1893 y 1898. Sobre su figura véase de S. GÓMEZ CAMBRONERO (1998): “Los hilos que tejen la trama del poder local: el ejemplo de la familia Rodríguez en la Restauración zamorana”. Brigecio, 8, pp. 193-210 y (1999): Familia, fortuna y poder: la saga política de los Rodríguez en la Restauración zamorana. Zamora; también en P. CARASA (dir.): Élites castellanas de la Restauración. Diccionario biográfico de parlamentarios castellanos y leoneses (1876-1923). Salamanca, pp. 482-483 y en J. C. de la MATA GUERRA, Op. cit., pág. 69. Andrés Trueba y Pardo era yerno de José Rodríguez; fue diputado por Puebla de Sanabria en 1893, 1898 y 1899 y senador por la provincia en 1901. P. CARASA, Op. cit., pp. 544-545.

[8] Escritura de compra-venta y división de fincas y derechos reales otorgada por D. Agustín Alfageme Pérez, 5 de octubre de 1915, ante don Secundino Izarra Urturi, notario de la ciudad de Zamora. Archivo familiar de D. Manuel García Fincias (Tábara). El Encinar hacía setecientas fanegas (254,78 Has.) y fue vendido en treinta y dos lotes iguales que hacían de cabida cada uno 7,33 Has. Junto al Encinar fue vendido también el monte de encina y roble llamado de Majada Sardón (67,8 Has.), en cuya compra intervinieron varios vecinos de Tábara, al igual que en el monte llamado Corral de Tapias (33,54 Has.).


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