REINO DE LEÓN

domingo, 10 de julio de 2016

Una diócesis de frontera


Creación del obispado de Ciudad Rodrigo

Catedral. Ciudad Rodrigo.

José I. Martín Benito

La creación del obispado de Ciudad Rodrigo está estrechamente ligada a la repoblación que el reino de León lleva a cabo en la segunda mitad del siglo XII. Esto es, la erección de diócesis civitatense hay que situarla en un contexto político que contribuía a fortalecer la política regia, interesada en potenciar una plaza hacia el sur del reino, para crear una cabeza de puente frente a portugueses y musulmanes.

La institución tiene lugar el 13 de febrero de 1161. Fernando II de León dona los derechos episcopales de la nueva diócesis a la iglesia compostelana y a su electo Fernando. La donación incluye las “villas de Urunia, Margarida et Lirela, quam in omnibus eius villis et castellis, ut eis pro voluntate sua episcopus a compostellana sede ibidem constitutus semper iudicet et disponat[1]. Se trata de una diócesis de nueva planta, esto es, de una auténtica creación. Sólo más tarde, cuando los problemas creados con Salamanca, y como consecuencia de ello, se paralizó el reconocimiento por parte de Roma, comenzó a vincularse con Caliabria, antigua diócesis visigótica. La creación de la nueva diócesis se hace a espaldas de la Santa Sede y bajo la potestad del arzobispo de Santiago.



Los planes del rey chocaron con el concejo y diócesis de Salamanca, cuya iglesia recurrió a Roma, por considerar que la creación del nuevo obispado significaba una pérdida importante de territorio.


Fernando II. Tumbo A. Santiago de Compostela.
Hasta julio de 1168 no tenemos noticia de ningún obispo. En un primer documento conocido (10 julio) confirma Domingo como electo de Ciudad Rodrigo. Sin embargo, será la única vez, pues más tarde lo hace como Dominicus calabrienses[2], de lo que se infiere que el prelado ya había sido consagrado por el metropolitano de Santiago. Observamos que se ha producido un cambio en la titulación, abandonándose el de Ciudad Rodrigo. El título de obispo de Caliabria fue utilizado por Domingo durante todo su pontificado, para dar legitimidad a la erección de la diócesis civitatense, que se presentaba así como una continuidad de la antigua diócesis visigótica. Se pasaba así de la creación a la restauración, para lo cual no era tan necesario contar con la autorización romana. Consagrado Domingo y, por tanto, puesta en marcha la nueva diócesis, la Corona procuró asegurar sus bases económicas para garantizar su funcionamiento. El rey fue entregando privilegios y propiedades, entre ellas la ciudad de Oronia[3]. También le entregó la Torre de Aguilar y Caliabria, entre el Côa y el Águeda[4]. Se pretendía así vincular el título que ostentaba Domingo con la antigua ciudad, al tiempo de asegurar la Riba Côa para el reino leonés.


Normalización eclesiástica y acuerdos jurisdiccionales
Báculo siglo XIII. Catedral.


La concordia entre las iglesias de Salamanca y Ciudad Rodrigo tuvo lugar entre finales de 1173 y primeros de 1174. Como consecuencia de ella pasaron a la diócesis civitatense las parroquias situadas entre los ríos Yeltes y Huebra, aunque los frutos de las nuevas parroquias serían repartidos equitativamente entre las dos diócesis[5]. Salvados los escollos entre Salamanca y Ciudad Rodrigo no había necesidad de recurrir a denominaciones visigóticas, por lo que el sucesor de Domingo, Pedro da Ponte, antiguo canciller real, fue consagrado por el metropolitano como obispo de Ciudad Rodrigo y como tal, comenzó a usar su título. Finalmente, Alejandro III expidió el 25 de mayo de 1175 la Bula de aprobación del obispado[6]. En el documento pontificio no se alude para nada a Caliabria, con lo que se pasaba nuevamente a la idea de creatio. De esta manera quedaba normalizada la situación apostólica de Ciudad Rodrigo.

Establecida la concordia con Salamanca se firmó otra con Coria, con lo que la extensión y límites del obispado quedaban establecidos[7]. Al norte, el límite era el río Huebra, que le separaba de la diócesis salmanticense; al este, la proyección hacia el sur del obispado salmantino, con el que se encontraba en el área de la Sierra de Francia. Al sur, el obispado de Coria, perteneciendo al de Ciudad Rodrigo, Robledillo, Descargamaría, Eljas, San Martín, Villamiel y Trevejo, en la vertiente meridional de la Sierra de Gata. Al oeste, la Riba Côa era territorio civitatense, con las villas de Sabugal, Alfayates, Almeida, Castel Rodrigo, Castel Bom, Castel Melhor, El Pereiro...[8]

Monumento a Fernando II. Puerta de Amayuelas. Ciudad Rodrigo-
[1]Sobre este particular véase A. López Ferreiro, Historia de la Santa A.M. Iglesia de Santiago de Compostela (Santiago, 1901, Apéndice nº XXX), quien no lo recoge íntegro, a juzgar por la copia que don Fernando Peña Vicente, Vicario capitular de Santiago, remitió a M. Hernández Vegas. Precisamente, la transcripción de Ferreiro no incluye la relación de las villas de Urunia, Margarida y Lirela. Reproduce Fita el documento de López Ferreiro, con la consabida laguna, F. Fita, "La Diócesis y fuero eclesiástico de Ciudad Rodrigo en 13 de febrero de 1161". Boletín de la Real Academia de la Historia (BRAH), (Madrid, 1912, 437‑448). Sí lo recoge en su totalidad M. Hernández Vegas, Ciudad Rodrigo: la Catedral y la Ciudad. Tomo I, (Salamanca, 1935, 20‑22), citando su existencia en el Archivo de la Catedral de Santiago. Tumbo A. Fol. 47. Ha sido publicado por M. Lucas Álvarez, La documentación del Tumbo A de la catedral de Santiago de Compostela. Estudio y edición (León 1997, 271‑73, doc. 112). Se ocupa también de la fundación de la diócesis A. Sánchez Cabañas: Historia de la muy noble y muy leal ciudad de Ciudad Rodrigo, ed. Verdi, 1861. Ciudad Rodrigo, pág. 66 y ss. y ed. de Benito Polo, 1967 pp. 69 y ss.

[2]A. López Ferreiro, Op. cit., Vol. IV. Apéndice XXXIX.

[3]Privilegio de Fernando II a la nueva diócesis, dado en Alba de Tormes, 21 octubre 1168. Lo recoge F. Fita "La Diócesis y fuero eclesiástico de Ciudad Rodrigo en 13 de febrero de 1161". BRAH, (Madrid, 1912, 443), el cual da la fecha de 20 de septiembre de 1168 y cita su inclusión en la Historia civitatense de A. Sánchez Cabañas, Códice manuscrito de la Real Academia de la Historia, sig. D 100, estante 26, grada 4ª. El diploma lo recoge también M. Hernández Vegas, Op. cit., pp. 23‑24. El original estuvo en la sala capitular, siendo éste uno de los pocos documentos que en Ciudad Rodrigo se han conservado hasta la fecha del período de Fernando II. Ahora se encuentra en las dependencias del Archivo de la Catedral, en el Palacio Episcopal, donde lo vimos el 9 de septiembre de 1997. Alude también a él J. J. Sánchez Oro,
Orígenes de la iglesia en la diócesis de Ciudad Rodrigo. Episcopado, Monasterios y Órdenes Militares (1161-1264), 60. Oronia es Irueña, despoblado en el término municipal de Fuenteguinaldo, donde hubo un castro a orillas del Águeda, fortificado y con restos prerromanos y romanos. Parece que estuvo ocupado hasta la Alta Edad Media. Sobre ello véase J. I. Martín Benito y J. C. Martín Benito, Prehistoria y romanización de la Tierra de Ciudad Rodrigo. (Salamanca, 1994, 150 y 180. En el Libro de Bastón, de 1770, figura Ureña, como lugar perteneciente al obispo de Ciudad Rodrigo. "Libro del Bastón". Reed. Salamanca, revista provincial de Estudios (S.R.P.E.), 3 (Salamanca, 1982, 128).

[4]Privilegio dado en enero de 1170 en Ciudad Rodrigo. Exisitía en el archivo diócesano en época de Cabañas, que lo copió. Lo transcribe Flórez en su España Sagrada, XIV, Apéndice II. Lo recoge traducido D. Nogales Delicado en Historia de la muy noble y leal Ciudad de Ciudad Rodrigo (1882 ‑reed. 1982‑, 155). En época de M. Hernández Vegas, que lo extracta, ya había desaparecido. Op. cit., 25 y ss. J. González, Regesta de Fernando II, (Madrid, 1943, 417‑418), lo da como enero de 1171, quien cita copia en la biblioteca de la Academia de la Historia .

[5]J. L. Martín Martín, Documentos de los archivos catedralicio y diocesano de Salamanca (siglos XII‑XIII). (Salamanca, 1977, 143‑44, doc. 59) y J. González, Op. cit. (1943, 283, doc. 30). J. L. Martín Martín, Op. cit. (Salamanca, 1977, 145‑46, doc. 61) . J. J. Sánchez‑Oro, Orígenes de la iglesia en la diócesis de Ciudad Rodrigo. Episcopado, Monasterios y Órdenes Militares (1161-1264). (Salamanca, 1997, 67).



[6]Fr. R. Escalona, Historia del Real Monasterio de Sahagún, sacada de la dexo escrita el Padre Fr. Joseph Perez (1782, facsímil, León 1982, Escritura CLXXXVI, Apéndice II, 549‑51). La transcribe también M. Hernández Vegas, Op. cit., (Salamanca 1935, vol. I, 30). J. A. Fernández Flórez, Colección diplomática del monasterio de Sahagún. (León, 1991, doc. 1382‑a, 350‑52). 

[7]M. Hernández Vegas, Op. cit. Vol. I (Salamanca 1935, 29). 
[8]Sobre la presencia de leoneses y portugueses en la Riba Côa véase el trabajo de R. Pinto Azevedo, "Riba Côa sob o dominio de Portugal no reinado de D. Afonso Henriques. "O mosteiro de Santa Maria de Aguiar, de fundaçao portuguesa e nao leonesa", Anais da Academia Portugesa da História, II serie, Vol. 12 (Lisboa, 1962, 231‑300).

2 comentarios:

  1. Me gustaría saber cuando dejó de ser "frontera" el rio Huebra, porque al menos hace décadas que muchos pueblos al norte del Huebra pertenecen a Ciudad Rodrigo.....

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  2. En respuesta a Alejandro Marcos:
    El que al norte del Huebra haya pueblos que pertenecen al obispado de Ciudad Rodrigo es el resultado de un reajuste de los límites entre las diócesis salmantina y civitatense, que tuvo lugar en 1958, como consecuencia del Concordato de 1953. Así, Ciudad Rodrigo, que perdió las parroquias situadas al sur del Sistema Central en favor de Coria-Cáceres, era compensado con los pueblos salmanticenses de Aldeanueva de la Sierra, Anaya de Huebra con su filal de Gallegos, Avililla de la Sierra, Mieza, Muñoz, San Muñoz, Sanchó de la Sagrada, La Sagrada, Tamames, villares de Yeltes con la filial de Pedro Álvaro y Vilvestre. Pasó también a Ciudad Rodrigo el monasterio del Zarzoso.

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