REINO DE LEÓN

jueves, 23 de noviembre de 2017

Destrucción y pillaje, escapados y refugiados en las guerras con Portugal (1)

EN LA TIERRA DE CIUDAD RODRIGO

José Ignacio Martín Benito


Refugiados de guerra.
Nos estamos acostumbrando a escuchar a diario noticias sobre desplazados y refugiados, personas que se ven obligadas a abandonar sus casas y sus aldeas huyendo de la guerra. Ocurre en otros países, en espacios más o menos lejanos, a los que nos asomamos a través de los medios de comunicación o de las redes sociales. Ocurre también que los seres humanos tenemos la capacidad de olvidar y de recordar. Acaso no somos conscientes que hubo un tiempo, reciente y pasado, en el que también nosotros, como pueblo, hemos sufrido y, en consecuencia, hemos buscado refugio ante situaciones adversas. Es un instinto por sobrevivir; una capacidad para resistir. Ese instinto y esa capacidad forman parte de nuestra memoria colectiva.

La situación fronteriza de la Tierra de Ciudad Rodrigo en la Raya de Portugal ha marcado secularmente las relaciones políticas, sociales y económicas de sus habitantes. A lo largo del tiempo, estas relaciones devinieron, en varias ocasiones, en enfrentamientos armados, lo que tuvo su incidencia en la seguridad de los vecinos, de sus bienes y haciendas. El pillaje, la quema de granos y el robo de ganados fueron prácticas comunes a un lado y otro de la Raya, lo que se tradujo en la huída y en la busca de lugares más seguros. Las consecuencias de ello fueron el hambre, la carestía, la despoblación y la ruina económica de los territorios rayanos. Sucedió en la Edad Media y también en la Moderna[1]. La mayor parte de las villas y aldeas de las comarcas fronterizas vivieron episodios de esta naturaleza.

Devastación y saqueos en la guerra de la Independencia de Portugal (1640-1668) 

Proclamación de D. Joâo IV como rey de Portugal.

La guerra de Restauración o de Independencia de Portugal fue un largo conflicto (1640-1668). R. Valladares la ha definido como una “guerra olvidada”[2]. Dado que la plaza de armas de Ciudad Rodrigo se convirtió en la vanguardia y en el centro de operaciones militares, su territorio sufrió los estragos y las devastaciones de la guerra. También lo sufrieron otros territorios rayanos al norte de lo que se conocía en la época como la frontera de Castilla. Ya hemos insertado aquí un post sobre el impacto de este conflicto en Sanabria y Tras-os-Montes. Y es que, en efecto, los pueblos fronterizos fueron los que más sufrieron. Pero también los alrededores de las plazas de armas. En 1642 los portugueses se llevaron ganado del mismo Arrabal del Puente (Ciudad Rodrigo) y de la aldea de Villarejo.

A mediados de los años cuarenta las tierras situadas alrededor de Ciudad Rodrigo llevaron la peor parte. Los propios soldados españoles se dedicaron a saquear, asaltar y vejar a los vecinos, los cuales se quejaron a Madrid. El enfrentamiento entre los propios soldados y entre éstos con los civiles había provocado casi cuarenta muertes violentas. 

Guerra de Restauración de Portugal. Azulejo.
El día de San Marcos de 1644 los portugueses incendiaron Fuenteguinaldo, al tiempo que los vecinos buscaban refugio en la iglesia. En 1646 y 1647, los excesos de los españoles y las entradas de los portugueses produjeron asaltos, saqueos y muertes por toda la comarca. En julio de 1647 los portugueses, tras fracasar en el intento de tomar el castillo de Gallegos de Argañán, corrieron las campiñas de El Ahigal, San Felices de los Gallegos y Dehesa de Medinilla, de donde sacaron "más de 700 cabezas de ganado vacuno, cerca de 50 machos arrieros, 12 o 14 caballos y mucha cantidad de ganado ovejuno y de cerda, que no alargándose mucho dicen montará la presa 20.000 escudos. No se pudo juntar gente para hacer alguna resistencia. Con este suceso está todo el Abadengo con grandes temores"[3]. Pocos días después se llevaron más de 600 cabezas de ganado vacuno de El Bodón. Ese mismo año, la villa de Hinojosa fue invadida por los portugueses, los cuales, al igual que en casos anteriores, se llevaron también varias cabezas de ganado, de lo que se lamentarían los vecinos por no disponer de animales de carga y tiro para labrar las tierras[4]. Todo ello aceleró la despoblación de muchos lugares de los Campos de Argañán y del Abadengo y su concentración tanto en la ciudad como en otros lugares fuera del obispado. Las incursiones continuaron durante los años siguientes.
Batalla de Montijo (1644). Azulejo portugués.

(CONTINUARÁ)

[1] De ello nos hemos ocupado en un trabajo anterior: MARTÍN BENITO, José Ignacio: (2002): “Las guerras con Portugal y su impacto en el obispado de Ciudad Rodrigo (siglos XVII-XVIII)”. Actas del Congreso de la Diócesis de Ciudad Rodrigo (16-19 de noviembre de 2000). Zamora, pp. 728-741.

[2] VALLADARES, Rafael: La Guerra olvidada. Ciudad Rodrigo y su comarca durante la Restauración de Portugal (1640-1668), (Salamanca 1998).

[3] El Presidente del Consejo Real, tras recibir los informes del corregidor de Ciudad Rodrigo. Citado por VALLADARES, Rafael: Op. cit. (Salamanca 1998, 42).
[4] GRANDE DEL BRÍO, Ramón: La villa de Hinojosa de Duero (Salamanca, 2001, pp. 88-91).

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